Si me enciendes…

Si me enciendes…

Quiero ser la luz que brilla en tu farol
cuando la noche te cubre con sus miedos,
cuando a tu alma le ciegan esos recuerdos,
cuando sombras se apoderan de tu sol.

Si me enciendes…

Seré la luz que ilumina en tu camino,
el sol que entre las ramas te va buscando,
la claridad donde tú duermes tranquila
en las tardes calurosas de verano.

Si me enciendes…

Seré en tu corazón esa fiel bombilla
que espera a que tú regreses cada noche
por si no encuentras la luz cuando tú vuelves
perdiéndose sobre llantos tu reproche.

Si me enciendes…

Seré en tu motor la chispa de energía,
y en tu bicicleta, luz de su farol.
Cabeza de cerilla para que prendas,
y enciendas la añoranza de rojo Amor.

Pero si no me enciendes…

Estaré esperando que tú me utilices.
Que llenes ese oscuro que vive en ti.
Que tú gastes esa luz que llevo dentro.
Y yo alumbre tu vida como un candil.

¡Apúrate y enciende,  ya es de noche…!
Yo seré la candela sobre el sillón,
ese en que, cada noche, tu libro lees,
libro que habla romances de luz y Amor.

¡Si me enciendes, seré tus ojos…!
¡Si me enciendes, tu guía soy!
¡Si me enciendes, seré el lucero!
Que en las noches sin luna
parece un sol…

©2018  J.I. Salmerón

Nuestra historia

Hoy quiero contarte un cuento,
un cuento que es una historia,
una historia que es memoria,
memoria de un argumento.

Hoy quiero escribir un libro
con nuestros buenos momentos.
Hoy quiero dejar en tinta
nuestros más bellos recuerdos.

El abrazo que sintieron
nuestros cuerpos al unirse.
Y las bocas sin hablarse
por estar llenas de besos.

La pasión de tu mirada
entre los largos silencios
mientras mi mano acaricia
desde tu espalda a tu pelo.

Quiero empezar un relato
que sea largo e intenso.
O uno tan breve y tan corto
que solo diga: “te quiero…”

Un cuento como los de antes,
con final feliz y besos.
Donde la bruja se muere
y es el príncipe tu reino.

“Érase una vez…” empieza.
El final, aún no lo tengo.
Todo vuelve a depender
del futuro de lo nuestro.

Es un cuento, una memoria,
una historia, un argumento.
Es la vida de los dos
cuando juntamos el tiempo.

Cuando fuimos de la mano
volando fuera del suelo.
Cuando el odio no existía
y el Amor era el deseo.

…Hoy escribo otro episodio
con la luz de aquel lucero.
Sobre el papel de tus labios,
con la tinta de mis besos.

Hoy recuerdo en estas líneas
los abrazos que te debo.
Los que tú a mí no me diste
las frías noches de enero…

Lo que pretendo decirte,
siendo muy noble y sincero,
es que el final de este libro
sin duda alguna dirá:
“Te echaré siempre de menos…”

©2018  J.I. Salmerón

Vestidas de Navidad

Ya se engalanan las calles
vestidas de Navidad,
con los colores de luces
que nos adornan el paso.

Ya está el recuerdo acechando
rondando cada rincón
de esos momentos pasados.
¡Agujas del corazón…!

Y abandonamos el paso
del día a día, y brindamos.
Ni el frío nos hace daño,
nos calienta la emoción.

Toda esa gente que ayer
apenas sí nos fijamos,
hoy le estrechamos la mano
para sentirnos mejor.

Es lo que tienen las fiestas,
que todo lo vemos bien.
Y aunque nos llore el recuerdo,
con risas nos lo secamos.

Y ese pellizco que damos
tan dentro del corazón,
vamos riendo el dolor,
y a solas, luego, lloramos.

Colores en las alturas
y abajo el suelo gris pardo.
Hoy vamos a celebrar,
que las fiestas van llegando.

Que dentro de poco quitan
los colores de lo alto,
apagan luces y… ¡acción…!
Comienza lo cotidiano…

© 2017  J.I. Salmerón

Sombras parecen

Sombras parecen cuando voy mirando.
Objetos sin definir,
borrones sobre el asfalto.

Figuras lejanas en los recuerdos.
Latas que son vacías,
libros viejos sin un dueño.

Siempre me pregunto de dónde llegan.
Cómo será su vida,
qué piensan en sus cabezas.

Dónde, cada uno, sus sueños sueñan.
Si tienen dónde vivir
cuando la noche está cerca.

Incluso muchas veces he dudado
si fueron antes niños,
si tuvieron un pasado.

Si supieron disfrutar ese tiempo.
Si jugaron con viajar,
si a la luna ya subieron.

Siempre, pasar deprisa por la vida,
es ir viajando hacia atrás,
es no jugar la partida.

Por eso me gusta pararme a observar,
Ir despacio, sin correr,
saborear cada día,
y sentarnos a charlar.

© 2017  J.I. Salmerón

Encerrados

 

Allí encerré el misterio de tu nombre.
Allí quedaron guardados tus besos,
aquellos que nos dimos en secreto
y fuimos disfrutando cada noche.

Allí dejé escondidos esos sobres
que en tinta contenían tantos versos
y hoy solo son renglones de recuerdos
que puede que su ausencia tú no llores.

Las tardes que la lluvia se desploma
e inunda mi memoria de nostalgia
es cuando tu recuerdo en mí se asoma.

Y tantos años ya no son distancia,
que tu escondido nombre se hace aroma
y los secretos huelen a añoranza.

©2017  J.I  Salmerón

Te llevo

 

Llevo guardado el destello
del beso de tus labios
en mi bolsillo derecho.

Y en el izquierdo las noches
donde abrazándome fuerte
tu voz decía “te quiero…”

Cuando estoy solo
me palpo el bolsillo,
da igual izquierdo o derecho.

Y saco el puño cerrado
para que aquellos recuerdos
no escapen entre mis dedos.

¿Dónde ha quedado
todo ese Amor que hoy nos debemos…?
¿Dónde enterraron tus labios
aquella noche todos mis besos…?

Y tu boca callaba por miedo.
Aunque viendo tus ojos,
sigo escuchando de lejos
cómo pronuncian “te quiero…”

Y tu boca vacía de besos.
Aunque viendo tus labios
cómo entreabiertos los llaman,
sé que los echas de menos.

Llevo guardado en el alma
todas las hojas ya secas
que se llevaban los vientos.

Llenan rincones vacíos
que antes llenaban tus manos
acariciando recuerdos.

Al fin y al cabo te llevo.
Siempre a mi lado te llevo.
Siempre el recuerdo va lleno.

Siempre que palpo un bolsillo
no sé de donde apareces,
pero conmigo te llevo.

¡Y yo te llevo…!
¡Y yo contento…!

©2017  J.I. Salmerón

Lo que voy escribiendo

Juan I. Salmerón

 

Hay veces que no me acuerdo
de lo que voy escribiendo,
improvisando mi ritmo
como una orquesta de jazz
va inventando su argumento.

A veces alumbra el sol
cada palabra y acento.
Otras inunda de niebla
el camino que se quiebra
y con mis ojos no veo.

También la noche se impone,
el frío y el desaliento.
También el río que esconde
las lágrimas que navegan
buscando un mar de recuerdos.

Y escribe mi lapicero
mil historias por el suelo
de cómo por los tejados
saltando desesperados
van corazones viajeros.

De cómo al final se encuentran
esas miradas ausentes
que vagan alma por alma
hasta encontrar esos ojos
que puedan mirar de frente.

…Como hojas que en el otoño
dejan desnudas sus ramas,
así mis letras se lanzan
alfombrando la esperanza
de llenar cada hoja blanca.

Hay veces que no me acuerdo
de lo que pienso aquí dentro.
Hay veces que se confunden
los mares y sus azules
con verdes prados inmensos.

No sé qué os iba a decir…
No encuentra el son la palabra.
Hay veces que no me acuerdo
y se me olvida escribir,
que la memoria me falla…

© 2017  J.I. Salmerón

Ahora que no nos vemos

Juan I. Salmerón

 

Ahora que no nos vemos,
ahora que tus ojos no miran mi corazón.
Ahora que estamos lejos,
ahora siento profundo el dolor.

Si tuviera la oportunidad,
si tu mano cogiera mi mano.
Si tu boca preguntara dónde está,
tal vez lo seguiría intentando.

No quedó tiempo para vernos.
No quedó risa en la cara dibujada.
No quedó Amor de un nuevo intento,
solo lágrimas y un triste adiós en las palabras.

Nunca entendimos por qué.
Nunca fuimos al final lo suficiente.
Siempre averiguando dónde fue
aquel barco de papel de nuestra fuente.

Tatuada está la piel de los recuerdos,
marcada siempre de besos mi cara,
unos surcos tan profundos que no puedo
borrar tus labios de carmín de mis entrañas.

Ya sabrás el lugar donde te digo,
ya conoces esas flores deshojadas
a quién tantas madrugadas preguntamos
si no estarían de verdad equivocadas.

Ahora que ya está oscuro.
Ahora que tañen las campanas moribundas de mi alma.
Ahora que siento el frío,
ahora creo recordar cuánto te amaba.

© 2017  J.I. Salmerón

Palabras y abrazos. Recuerdos y besos

Juan I. Salmerón

 

Doblé la esquina pensando
ver el camino a tus besos
pero solo de adoquines
y paredes encaladas
se llenaba mi paseo.

Bajé a la plaza que tiene
el árbol de tus abrazos
pero sus ramas mecidas
de una total ignorancia
apenas me saludaron.

Solo en la puerta vacía
descansaba tu recuerdo…

El regalo de tu beso
es siempre tan especial
que dice mi boca al besarte
que tu beso es puro arte,
que es magia lo que le das.

Por eso mi alma recuerda
los besos que me entregaste
para que siga la magia
de tu beso en la distancia
hasta que vuelva a besarte.

Solo en la sombra dormía
la nostalgia de tus besos…

Sabemos que son mejores
los abrazos y los besos
al juntar los corazones
sintiendo las emociones
del besar entre silencios.

Las palabras muchas veces
causan ese mismo efecto
que cuando usamos los labios
y se funde nuestro abrazo,
pero un poquito más lejos.

Solo en mi sueño sentía
el abrazo de tu cuerpo…

Palabras y abrazos…
Recuerdos y besos…

© 2017  J.I. Salmerón

Uno tras otro

Juan I. Salmerón

 

Uno tras otro los días
como losas van cayendo
acumulándose encima,
sobre la espalda del tiempo.

Y el ayer se hace más grande,
la historia crece en recuerdo.
Los árboles envejecen
y siento más frío el viento.

Atraso con mi mirada
el paso de los momentos.
Mi mano tapa el reloj
Intentando detenerlo.

“Cerrando fuerte los ojos…”
me dijo una vez un viejo,
“…podrás parar el mañana,
no verás pasar el tiempo…”

Pero solo oigo un susurro
que me dice, si los cierro:
“Deja que pase el mañana…
Deja que te atrape el tiempo…

Deja que pasen los días
que te traerán del silencio
las horas llenas de vida
que vestirán tus recuerdos…”

Uno tras otro los días
atrapan todo mi cuerpo,
hacen más hondo mi ser,
son más profundos mis versos.

Me siento en un banco a ver
pasar mi vida corriendo
desde la playa de ayer
a un mar profundo e incierto…

© 2016  J.I. Salmerón

Jugué tu recuerdo

Juan I. Salmerón

 

Juguemos juntos hoy a recordarnos
sentados en el banco de aquel parque
donde mi alma moría por rozarte
y con solo oír tu voz era besarnos.

Juguemos hoy de nuevo a las miradas,
aquellas que encendían los deseos
poniendo luz a todos los luceros
que en la noche estrellada se buscaban.

A perseguir tu sombra jugaremos
cuando el sol te atrapaba por la espalda
y yo prendido al bajo de tu falda
pensaba en atrapar tu cuerpo entero.

De noche yo jugaba con tu pelo
mientras tus besos jugando apostaban
y tus labios como siempre ganaban
y los míos perdían sin remedio.

Juguemos a buscarnos y encontrarnos,
juguemos a perder la compostura
como cuando se tapaba la luna
los ojos por rubor al ver amarnos.

Recuerdo la promesa en la que un día
entre los troncos de aquel bosque viejo
a cambio de robarte yo ese beso
grabé aquel corazón que nos latía.

Arriba tu inicial, la más visible,
abajo imperceptible está la mía,
de lado a lado la flecha que unía
y años después fue el arma de tu crimen.

Yo seguí en aquel banco cada tarde
a ver si tú llegabas con más juegos
pero el verano pasó a ser invierno
y solo tu recuerdo vino a verme.

Por eso quiero que hoy juguemos juntos,
aunque nos encontremos tan distantes
que tú y yo no seamos los de antes
y ya solo a jugar vengan recuerdos….

© 2016  J.I. Salmerón

Ser viento

Juan I. Salmerón

Hay un viento que lleva
a tus brazos recuerdos.
Hay un viento que calma
con su voz tus deseos.

Hay un viento en la tarde
excitado que empuja,
que penetra ondulando
a través de tu blusa.

Que recorre tus formas,
que te besa en silencio,
que susurra “eres mía…”
abrazando tu cuerpo.

Ese viento soy yo
que te lleva aire nuevo
y te abraza mi brisa
que fresca te envuelve.

Y seré tu respiro
cuando el aire te falte,
cuando quieras volar
y en mis brazos te lleve.

Eres tú ese planeta
donde gira mi viento.
Y en la torre, veleta
donde paro por verte.

Y me atrapa tu alma,
y mi soplo, un momento,
se adormece liado
a tus labios y cuello.

Y de nuevo con fuerza
con mis aires despierto,
y te escapas conmigo
entre nubes y cielo.

Y mi brisa te tumba,
y mi voz, solo beso,
y mis brazos el aire
enredando tu pelo.

…La otra noche aquel aire
murmuró desde lejos:
“Deja ya de soñar,
no serás nunca viento…”

Pero yo respondí:
“Si tú hubieras soplado
como yo hice aquel día
atrapando su cuerpo,

tú también morirías,
como yo estoy dispuesto,
por volver otra vez
por un día a ser viento…”

© 2016  J.I. Salmerón

El pescador de recuerdos

 

Juan I. Salmerón

El pescador de recuerdos, me llaman…
Paciente navegante con mi barca
en río dulce o en mar salada.
Bogando el corazón por estribor
y al palo mayor, las velas blancas.

Nunca dejo de buscar en el ayer
aunque mi rumbo sea el mañana
esas tardes románticas de Amor,
de ahí que sea mi afición ser pescador
y atrapar entre mis redes la añoranza.

El pescador de recuerdos, me llaman…
En barca vieja navego el tiempo.
¡Hay tanta historia que echar de menos!
Los remos brazos que abrazan agua
como abrazaba yo ayer tu pecho.

Navego lento, recito versos,
que así es más fácil pescar momentos.
Y cuento estrellas si ya es de noche
y envuelvo en llanto luz de luceros.
Y entre el silencio les cuento esto:

…Tengo una caña de pesca,
toda ella de bambú,
y con mi Amor como cebo
la echo a esas aguas revueltas
donde descansan los tiempos.

Espero pacientemente
mirando fijo el anzuelo,
y cuando veo que el hilo
parcialmente ya se ha hundido
tiro con fuerza hacia el cielo.

¡Y allí que sale el recuerdo,
enganchado de mi Amor…!
y pienso hacia mis adentros
que de ayeres y momentos
hoy cenaremos mejor…

…El pescador de recuerdos, me llaman.
Si tú no tienes ningún momento
no te preocupes, yo te los presto…

© 2016  J.I. Salmerón

Somos

Juan I. Salmerón

Somos constantes de un sueño
surcando los pensamientos;
volando sobre la tarde,
meciéndose en los recuerdos.

Somos dos granos de arena
buscándose en un desierto.
Somos la puerta cerrada
por la fuerza de los vientos.

Somos la vida pasada
que no encontró nacimiento.
La casa deshabitada
que solo le quedan ecos.

La huella que no se ve…
La palma en mano cerrada…
El puente que no crucé…
La bebida derramada…

Somos paredes de niebla
que separan nuestros cuerpos.
Somos bastones de ciego
palpándose desde lejos.

Somos la puesta de sol
que solo se ve de lejos;
la luna que llega tarde
a iluminar nuestros besos.

Somos cometa sin aire
siempre tendida en el suelo.
Somos gaviota de mar
en este río revuelto.

La vela sin encender…
La ventana siempre abierta…
El sol por amanecer…
La pared llena de grietas…

Somos… O no pudo ser…
Quién lo podría saber…
La esperanza siempre queda
enganchada entre la red
de aquel barquito de pesca…

© 2016  J.I. Salmerón

Prefiero no pensar en lo que fuimos

580-2

Prefiero no pensar en lo que fuimos.
No hay nada que arreglar.
Al fin y al cabo,
aquello es lo que trajo este destino.

Prefiero no sentir profundamente.
No hay tiempo para amar.
Después de todo,
la falta de emoción no fue consciente.

De pronto se borró en mi alma ese dulzor
de aquel atardecer que fue paseo.
Amargos cual limón volvimos al vagón
que separo el “tú y yo” en nombres nuevos.

Y vimos bifurcar nuestros caminos
en cruel destino.
Y echamos a la espalda tantos años
de Amor vividos.

Y no supe de ti ni en los recuerdos.
Que no quise fingir.
De buena gana
hubiera convivido con tus besos.

Y tú no me encontraste o no quisiste.
No te gustó mentir.
Aunque hoy yo dude
si en cada amanecer mi sueño viste.

Pasaron estaciones por mi vida.
Y siempre el mismo andén.
Y nunca te encontré.
Y así yo mis billetes consumía.

Tal vez fueras la nube de ese cielo.
Y mis ojos al suelo.
Buscando tu pisar
detrás de aquella huella que hoy recuerdo.

Tratamos a la vida como a un perro.
Atada a una farola.
Muriéndose de miedo.
Sin agua y sin Amor como alimento.

Por eso ella pagó sin corazón
tu vida errante.
E igual moneda
a mí me devolvió por obstinarme.

…Y siempre una lección por aprender.
Cuando un examen no sabes leer,
palos de ciego…

© 2015  J.I. Salmerón

Ladrón de corazones

Juan I. Salmerón

En un cajón, bajo llave,
a salvo de las miradas,
guardo entre besos de sueño
mis corazones robados.

Me los apropio de noche
cuando me cuelo en silencio
por el balcón de las almas
y con mis rimas los rapto.

¡Me gusta su palpitar
cuando pronuncian mi nombre…!
¡Disfruto su suspirar
cuando acaricio en un roce…!

Ladrón soy de corazones
armado de pluma y verso.
Licenciado atracador
de guante blanco en mis dedos.

Yo soy ladrón por derecho.
Timador de la palabra.
Salteador de recuerdos
que luego en tinta regala.

¡Y no hay ley que me detenga
ni cárcel de muros alta
que a mis sueños de ladrón
los desvelen en mañanas…!

Por eso pido indulgencia
y de rodillas confieso
que robé tu corazón
para hacerte un bello sueño.

Así que deja cerradas
las ventanas de tu alma
si quieres que un servidor
en tu interior no atracara.

…Aunque si anhelas soñar
al corazón no eches llave,
que yo seguiré al acecho
para entre sueños robarte…

© 2015  J.I. Salmerón

Pobre momento de ayer

Juan I. Salmerón

Pobre momento de ayer
que hoy olvidado te sientes
tan lejano, tan distante,
tan perdido en los recuerdos
que te has vuelto indiferente.

Pobre pasado marchito,
como flor de invernadero
que alegrando en la ventana
y a pesar de ser tan bella
murió por falta de riego.

El tiempo fue tu ladrón,
te prometió ser eterno
pero cometió traición
conjugando el verbo ser
en pretérito imperfecto.

¡Ay… Ese instante fugaz
que no llegó a ser momento…!
¡Ay… Los recuerdos vencidos
que ya no vienen conmigo
aunque en mis noches los sueño!

Pobre Amor, pobre, tan lejos,
tan ausente en la emoción,
tan falto en mi corazón,
el que ayer fuera camino
del beso que compartió.

¡Cómo son esos recuerdos
que van y vienen cual viento…!
¡Cómo engañan mi sentir
haciendo vivir en mí
un ayer de instante hoy muerto!

¡Espera un poco, mi ayer…!
¡No me abandones, recuerdo…!
No dejes que mi alma muera
por la ausencia de ese tiempo
que hoy siento añorar tan dentro…

© 2015  J.I. Salmerón

Podrían pasar las horas

Juan I. Salmerón

Podrían pasar las horas
y todo igual seguiría,
mi Amor detrás de tu Amor
sobre el azul de este día.

Podría pasar la vida,
seguro ya está pasando,
y todo como al principio,
mi Amor con tu Amor volando.

Y pasarán los caminos
debajo de nuestros pasos
para dejar en sus huellas,
de nuestro Amor, el legado.

Pasarán todos los besos
que en los silencios nos dimos
como en película muda
de aquel principio de siglo.

Las tardes con su poniente
pasarán ante los ojos.
Las noches con sus estrellas
a este Amor lo harán más loco.

Lo que tenga de pasar
no habrá ya quien lo detenga.
Como tu Amor y mi Amor
que pasará a ser leyenda.

Seguro que los recuerdos
un día serán olvido,
pero esta historia de Amor
será dentro de los dos
un sentimiento cautivo…

© 2015  J.I. Salmerón

Te lleven estos vientos

089

¡…Te lleven estos vientos
todos mis recuerdos,
para que sean el perfume de una flor
e inunden tu cuerpo!

¡…Te lleven los abrazos
que al aire le doy,
para que desplieguen en tu pecho
mi Amor entero!

¡…Y que el aire cruce mares,
y mares llenen desiertos,
y mi imagen sea sombra
donde descansen tus besos!

¡…Y altas montañas tus brazos
dando refugio a mi cuerpo
y tu mirada el camino
que llega al desfiladero!

…Te lleven hoy a mi huella
la sombra de aquellos vientos.
Que sople sobre tu pelo
la imagen de mi recuerdo.

…Esos vientos llevan ligeros,
en vuelo,
mi Amor y mi anhelo…

…Profundos Besos…

© 2015  J.I. Salmerón

Aquí he dejado mis penas

084

 

Aquí he dejado mis penas,
volcadas en la cuneta
para viajar más ligero.
Para subir esas cuestas,
las que adivino a lo lejos
andando estrechos senderos.

Pero he cogido tus besos,
los que me dabas al vernos,
y en la mochila los llevo.
Y si anochece en mi alma
y el caminar se hace enero,
yo me caliento con ellos.

Y tus abrazos viajeros,
los que me dabas al irte
después de decir “te quiero…”,
se visten hoy en mi cuerpo.
Y si me abate el vacío
me reconforta tenerlos.

Los árboles eran sombra,
y en la sombra los recuerdos
del tiempo que entre mis manos
yo acariciaba tu pelo,
se vuelven claro de luna,
me pintan luz de lucero.

Aunque me dobla el sentido
estar de tu Amor tan lejos,
y hoy me aturde el desierto
de tus abrazos y besos,
siempre mi vista adelante
por si al caminar te encuentro.

Y ese día volverán
nuestros amores de nuevo,
y tus labios mojarán
la sequía de mis besos.
Y tus abrazos fundidos
en la orfandad de mi pecho.

Por eso viajo sin penas,
para esperar que tu Amor
de nuevo llene mi cuerpo…

© 2015  J.I. Salmerón

Tu voz, la lejanía…

177

 

Tu voz, la lejanía.
Tu huella, mi camino.
Tu sombra, mi refugio.
Tu ausencia, mi destino.

Tu sonrisa, siempre hogar.
Tus caricias, mi delirio.
Tu abrazo, arena de mar
donde me hundo tranquilo.

-Así vuela tu recuerdo
cuando te pienso en silencio.
Así mi Amor duerme el tiempo
para esperar tu regreso…-

Tu suspirar, mi deleite.
Tus manos, mapa de Amor.
Tu corazón, un galope.
Tus labios, pétalo en flor.

Tus secretos, mi codicia.
Tu Amor, mi necesidad.
Tus ojos, faro en la niebla
que guían mi transitar.

Tu imagen, mil recuerdos
que alborotan a mi mente
Y tus besos…
Tus besos son la esperanza
que en sueños abrazo al verte…

©2015  J. I. Salmerón

Se está inundando de llanto

008

 

…Se está inundando de llanto
el tejado de mi casa.
Como lágrimas del cielo,
chocan la teja y resbalan.

Y no se puede parar,
no hay pañuelo que recoja
el torrente lacrimal
que de los cielos desborda.

Puede que sea esa nube,
la que anoche andaba sola,
tan triste como una playa
esperando Amor de ola.

Que los amores que esperan
a que los besos regresen
se calan de las nostalgias
que sobre sus ojos crecen.

Con nubarrones tan negros
que araña el día a las noches
y cargados de recuerdos
de ríos nacen sus bordes.

Se humedecen las mañanas
con esas nubes de llanto.
Se ahogan sobre mi casa
los besos que quise tanto.

…Ahora espero a que escampe,
a que la lluvia no cale,
a que regresen tus soles
y que tus besos me empapen…

©2015  J. I. Salmerón

Lloran y lloran los vidrios

Sotano

 

Lloran y lloran los vidrios
de las ventanas del alma,
porque el calor que guardaban
por las rendijas se escapa,

entre suspiros helados,
sobre huellas de pisadas
que la nieve va dejando
olvidadas tras mi espalda.

Ruedan y ruedan recuerdos,
de la mente se me escapan,
de la memoria que un día
llenaba de tus miradas,

porque hoy mis ojos se olvidan
de las cálidas mañanas
que perseguía tu sombra,
que tras tus pasos marchaba.

Sueñan y sueñan mis noches
con enamorar al alba,
con abrazarse a su luz,
con besar su boca blanca.

De los paseos en tardes
apenas me queda nada,
no encuentro aquellas caricias
que en mis bolsillos guardaba.

…Y así se enfría mi alma,
y mi recuerdo se apaga,
con la humedad del rocío
llorando en esas ventanas…

© 2015  J. I. Salmerón

Te puedes dormir en mi regazo

002-3

 

 

…Te puedes dormir en mi regazo,
que yo te dejo, que yo te cuido,
que yo te miro de ternura
mientras velo por tus sueños.
¡Que yo te quiero…!

Que yo te procuro el azul del cielo
para que sea tu sábana,
con la que cubrirte de deseos,
con la que aislarte del mundo exterior,
ese cruento.

Y apoyar mis sentidos
sobre tu corazón latiendo,
para oír la ausencia de lamentos,
solo el ritmo acompasado de tu alma,
tu risa fresca de besos,
todos para mí,
que soy sediento,
que soy adicto a su calor,
a su roce intenso…

¡Dame esos besos!

…Que si no puedo esta noche,
mañana habrá de nuevo intento.
Espérame en lo nuestro,
que subiré cargado de mañanas,
y recuerdos…

Te puedes dormir en mi regazo,
que yo te acuno en nuestro sueño…

© 2015  J. I. Salmerón

Hoy, te sentí tan lejana

088

 

Hoy, te sentí tan lejana,
tan fuera de nuestro cuento
que en vez de protagonista
parecías fin de verso.

Hoy, pálida fue la luna,
solo sombras de recuerdo,
ni las estrellas tiritan
a pesar del frío intenso.

¡Y no levanta la niebla…!
¡Que no veo tu regreso
a través de la vereda
que te marcaron mis besos…!

Yo, te sentí tan lejana
como tardes de colegio,
aquellas que disfrutamos
bajo las flores de almendros.

Aquellas que nuestras manos
titubeaban cogernos,
que con tan solo rozarnos
era subir a los cielos.

Hoy solo son ya recuerdos,
pedazos rotos de espejo
donde apenas adivino
de qué color fue aquel beso…

…Al lado opuesto del mundo,
enfrentado al universo,
hoy solo he podido ver
cómo te vas a lo lejos…

© 2014  J. I. Salmerón

No podré esta noche…

126-2

No podré esta noche abrigarte con mis besos
todos tus deseos…

Pero podré mantenerte firme en mi recuerdo
y regalarte las tardes que se escapan entre cerros,
y regalarte paseos…

Te llevaré de la mano por lo infinito de mis sueños, por mis senderos,
entre árboles longevos que saben más del Amor
que cualquiera de los vivos que presumen de ello.

Te sentaré en mi regazo y te contaré,
entre susurros, como suaves vientos,
de qué color quiero que sean tus anhelos y tus besos.

Te lloraré de azul intenso. Te morderé, suave,
los suspiros que de tu boca se escapan atravesando el campo inmenso,
en busca del suave roce del encuentro…

Esta noche, te abrigarán mis recuerdos.
Y mis besos volarán sobre lo oscuro,
hasta encontrar en tus blancas sábanas
el nido perfecto para tejer su refugio.

© 2014  J. I. Salmerón