Se va la tarde, se va

Se va la tarde, se va.
Se va la tarde y asusta
quedarse en la oscuridad,
perdido en esta penumbra…

La luna sabe el secreto
de los amores nocturnos.
Sabe que el beso hablará
por los caminos sin rumbo.

¡Y el abrazo, y el deseo,
y la pasión cuando brota
al roce de cada piel
cuando desnudas se tocan…!

Se va la tarde, se va.
Con ella las esperanzas
de ver de nuevo brillar
el sol besando tu cara.

Todo pausado y silente.
Tu falda el viento alborota.
Las hojas sobre el camino
tejen de otoño tu alfombra.

¡y la vida, al caminar,
se va detrás de tu sombra.
Y tu pelo añorará
mi mano cuando lo toca…!

Se va la tarde, se va.
Se va detrás de tu huella.
La noche vuelve a ganar
y tu recuerdo se lleva.

©2018  J.I. Salmerón

 

El callejón

Siempre la luz al fondo y a lo lejos.
A la salida de otro callejón,
donde las nubes vagan por el cielo,
bailando al son del viento y su canción.

La gente se dibuja en la penumbra.
A contraluz intuyo un corazón
que a ritmo de las nubes y del aire,
palpita cual murmullo de oración.

El suyo, un respirar atropellado.
Un tono que no tuvo diapasón.
Sonando claramente no afinado
por culpa de un Amor que se marchó.

¡Aquí no importa el tiempo,
estamos protegidos.
La luz no llega a ver nuestro dolor!

¡La sombra, en la penumbra,
te vuelve inadvertido.
Aquí eres uno más entre un millón…!

Pero ese corazón cambió su rumbo
y un día hacia la luz se dirigió.
Supuso que el Amor sería suyo
luchando contra el viento y bajo el sol.

Veloz cruzó aquel pozo de tinieblas.
De luz quiso vestir su corazón.
De dos en dos bajó las escaleras
que daban a la plaza del color.

Y allí, con el valor de un gran guerrero,
al viento y a la luz desafió.
No tuvo en cuenta que al sol, una sombra,
solo vive por un segundo o dos.

¡Como una flor sin agua,
un corazón ha muerto.
No supo resistir tanta emoción!

¡Buscando nuevamente
aquel Amor perdido,
la luz, a aquella sombra, dijo adiós…!

Siempre la luz al fondo y a lo lejos,
a la espera de sombras con dolor.
Las que entre callejones soñolientos
esperan a que vuelva un viejo Amor…

© 2018  J.I. Salmerón

A tu vuelta

Siempre habrá un beso de Amor
aguardando tras tu puerta.
Siempre un abrazo en alerta
para alejar tu temor.

Una mirada habrá siempre
que a tu regreso te busque.
Sentimientos que te gusten
pellizcando el corazón.

Todo te estará esperando
como lo hacía hace tiempo.
De nuevo soplará el viento
que te hacía navegar…

Cuando vuelvas habrá un mar
que te acune con sus olas.
Habrá una playa que, a solas,
te hará en su arena soñar.

Te esperará la pasión
que tanto echabas de menos.
Las manos entre tu pelo
que te invitaban a amar.

La sombra, que era la reina
de cada rincón del alma,
se rendirá enamorada
de cada rayo de sol…

En tu retorno estará
cada renglón que has amado.
Cada letra que, el pasado,
como un ladrón te escondió.

Y volverán a juntarse
las rimas que, en poesías,
aquellas tardes leías
suspirando de emoción.

© 2018  J.I. Salmerón

La leyenda

Diría que por la sombra
tan pronunciada que había,
el sol rondaba en lo alto,
sería ya medio día.

La calle pleno desierto
de piernas y algarabías.
Silencios entre los muros,
ni un alma allí se veía.

El empedrado en la sombra
y otro en el sol, más arriba.
El verde, saltando el muro,
sobre la tapia se empina.

Y yo solo en mi paseo
escuchando la agonía
de estos muros, que aún de piedra,
tienen contados sus días.

La travesaña me atrapa
cuando paseo Sigüenza.
En sus portales se escuchan
voces de reyes y reinas.

Porque cada morador
que en sus entrañas viviera,
era ya rey de su casa,
y su mujer era reina.

Aunque si has de pasear
por conocer la leyenda,
hazlo cayendo la noche,
al rojizo de sus velas.

Cada farol que te encuentres
su cristal parece cera.
Y su rojiza bombilla,
como rojiza candela.

Pues dicen que la leyenda
consiste en pisar la piedra
que te enamora al instante
de esta mi bella Sigüenza.

Y a partir de aquel momento
dará igual ya donde estés,
que el Amor por mi ciudad
llevarás bajo tu piel.

¡Si yo contara los pasos
que he dado por estas piedras,
no se podrían llevar
en ningún libro de cuentas…!

Y doy fe que yo he pisado
esa piedra que enamora.
Y seguro varias veces,
por lo que mi alma la adora.

Y si de mí tienes dudas
y piensas que lo exagero,
date una vuelta conmigo
por estas calles de ensueño.

Y luego ya me lo cuentas
tranquilamente y charlamos,
verás como si la pisas
terminas tú enamorado.

…Diría que por el tono
rojizo de las paredes,
se me ha hecho otra vez de noche
en las calles de Sigüenza
hablando de mis quereres…

© 2018  J.I. Salmerón

 

No estar contigo

He vuelto a andar por los tejados,
detrás del traje de tu sombra.
Detrás del cielo enrojecido,
que yo he vivido,
y que en otoño a ti te nombra.

He vuelto a esconderme en la noche,
con el silencio de aliado.
Y solo la luna en lo alto,
que brilla tanto,
ha querido estar a mi lado.

Es lo que tienen estos sueños
que yo persigo.
Es lo que tiene vivir tan alto,
por los tejados.
Es lo que tiene no estar contigo…

Ayer quise tocar las nubes
que azul y blancas me llamaban.
Al recordarme que tu pelo,
que huele a invierno,
me acariciaba al fin la cara.

Ayer quise tocar el tiempo
para hacer que retrocediera.
Volver contigo a pasear,
y del brazo estar,
al borde de aquella ribera.

Es lo que tienen estas tardes
de invierno frío.
Es lo que tiene vivir los sueños
que ya has soñado.
Es lo que tiene no estar contigo…

He vuelto a andar por los tejados.
He vuelto a sentir que has venido.
Pero tu sombra y esa tarde,
de rojo fuego,
han vuelto a seguir su camino…

© 2017  J.I. Salmerón

El sueño eterno

 

Sellamos nuestro Amor.
Y fue aquel beso
el que al mirarse al espejo
confirmó nuestra pasión.

Mi mano te acarició.
Y fue su tacto
el que firmó aquel pacto
comprometiendo al Amor.

Silencio y calma… ahora recuerdo…
Dolor del alma clavado dentro.

Dolió tanto mirarte
que mis ojos fueron presos
arrastrando las cadenas
a esconderse en una cárcel.

Y nuestras sombras
se abrazaban en el suelo
mientras los cuerpos huían
tan alejados del tiempo.

Lágrima y rabia… nube de invierno…
No fue bastante el Amor sincero.

El camino se borró.
En primavera la hierba
siempre esconde de los ojos
la senda en la que volver.

La lluvia me despertó.
Empapado tu recuerdo,
difuminado en el tiempo,
se dejó al final de ver.

Recuerdo y tiempo… solo me quedo…
El sueño eterno dura un momento.

©2017  J.I. Salmerón

La chistera

 

…Le oía llegar.
Iba pitando según pasaba.
Y la sonrisa tras los cristales…
Y su mirada tras unas gafas…

Bajo una sombra
llegaba siempre por la mañana,
y estacionaba junto a la plaza,
freno de mano y allí bajaba.

Abría el portón.
¡Allí dentro encontraba la magia…!
Desde un cuaderno donde escribir,
a unas verdes y dulces manzanas.

Jabón de fregar,
zapatillas cubiertas de flores,
“las rosquillas las hizo la abuela…”
Y un ungüento para los dolores.

¿Cómo era aquello…?
Parecía más bien la chistera
donde no tiene fin lo que saca.
“No llevo hoy… se lo traigo mañana…”

Siempre su risa
puesta como mandil en su cara.
Siempre amable y cortés atendiendo,
siempre: “adiós, gracias… feliz semana…”

…Ya no recuerdo,
y por más que he querido y lo intento,
cómo era su nombre de pila,
cómo la gente llamaba al tendero…

Pero ya da igual…
Ya no oigo el motor acercarse.
En la sombra no está su mirada.
Ya no hay sonrisa bajo sus gafas.

Y su chistera,
en la tapia quedó abandonada
con las ruedas pinchadas y viejas,
sin cristales, la chapa oxidada.

Pero es así…
Cuando uno descubre los trucos
que la vida nos va desvelando,
se da cuenta que no queda magia…

© 2017  J.I. Salmerón

Sentado en el portal

Juan I. Salmerón

Sentado en el portal de aquella casa,
entre las sombras que al portón huían
queriendo ser el sol de media tarde,
oí mi corazón cómo latía.

Y no era sinfonía sosegada,
no era el suyo el trotar de otros momentos
cuando el ritmo pausado me entretiene
cantando en mi interior odas y versos.

Más bien latía en su loca carrera
como lo hace al volver de andar ligero
cuando siento escapar por mi garganta
el músculo de vida en su bombeo.

Ignoro por qué apremia acelerado
si apenas de esta silla no me muevo,
tan solo el pensamiento sale andando
viajando entre caminos de recuerdo.

¡Y vuela entre las copas de los chopos…!
¡Y salta lado a lado riachuelos…!
¡Y sube los senderos escarpados
de los montes que añoro de pequeño…!

Y corre de tu mano por los campos,
buscando el abrazarse con tu cuerpo
cuando el sol, poco a poco, en los veranos,
se iba marchando lento por el cerro.

Recuerda el pensamiento en mi recuerdo
cómo nadaban juntas nuestras bocas
en aquellos interminables besos
donde los labios se besaban horas.

Donde era solo el néctar alimento
y un frenesí rozar tu pecho siempre.
Donde a tu cuerpo, pegado a mi cuerpo,
hacía de colchón el trigo verde…

…Sentado en el portal, en su penumbra,
soñando esta emoción a solas pienso,
si el corazón se verá atropellado
por estos sentimientos tan añejos.

Son tan fuertes los momentos vividos
en este espacio tan corto de tiempo
que no me ha de extrañar que se acelere
mi pobre corazón con los recuerdos…

…Sentado en el portal de aquella casa,
latiendo el corazón,
la noche espero…

© 2016  J.I. Salmerón

El tiempo ha cedido

Juan I. Salmerón

¡Quisiera haberte dicho tanto
de lo nuestro…!

Y no encontré el lugar.
Ni frase entre mis labios.
Ni tuve ese momento.

Quisiera haberte, solo,
tu paso acompañado.

Cogido de tu sombra.
Envuelto en tu mirada.
Colgado de tu brazo.

Y no tuve el valor de no negarlo.
Que sí que te quería.
Que sí que te he soñado.

Y no busqué tus pasos.
Aunque lloré de pena…

Y no impedí alejarnos.
Aunque tu espalda viera…

¡Quisiera haberte dicho tanto…!
Pero ya no hay calor,
ni sol en el ocaso…

…El tiempo ha cedido
y sucumbe al final de este momento.

No hay vuelta atrás.
No puedo hacer presente el ayer
de mis recuerdos…

© 2016  J.I. Salmerón

Tú eres, yo soy…

Juan I. Salmerón

Tú eres,
un grito en el sol.
Tú eres,
un eco de voz.
Tú eres,
el mar que me cubre.
Tú eres,
pasión y dolor.

Me esperas soñando.
Me besa tu sombra.
Me sientes cercano.
Me abrazas ansiosa.
Me miras de ayer,
de hoy me recobras…

Yo soy,
silencio en la sombra.
Yo soy,
palabra callada.
Yo soy,
la última ola.
Tan solo,
azul de mirada.

Te sueño despierto.
Te beso y no llego.
Te siento a lo lejos.
Te espero en mi sueño.
Te miro de hoy,
de ayer te recuerdo…

© 2016  J.I. Salmerón

Solo un silencio se escucha

Juan I. Salmerón

 

Solo un silencio se escucha,
y en la alambrada torcida,
los pájaros, con su volar,
posan desnudos sus vidas.

Solo el ruido de la tarde
con ese calor que asfixia.
Solo tu cuerpo a mi lado,
embrujando mis caricias…

Como si el cielo cayese,
el azul se te echa encima
y en el verde de los prados
se tumba la sombra fría.

Dibujo sobre tu espalda
un caminar que me lleva
desde tu muslo de plata
hasta tu piel más morena…

…Y otro pájaro se posa
Sobre el alambre que cierra
el campo donde descansa
esta tarde que ya es nuestra…

Tus besos vuelan con ellos
y en la arboleda descansan,
junto a los pájaros trinan,
vuelan tras esa montaña.

Quizás buscando las sombras
donde refrescan su alma.
Quizás buscando otros labios
donde dejar su esperanza…

Solo el silencio acompaña
a estas tardes de verano,
a esas tardes que soñé
que te envolvían mis brazos…

© 2015  J.I. Salmerón

Dicen que hay sombra en el viento

119

 

Dicen que hay sombra en el viento
cuando es otoño en el cielo.
Dicen que hay luz tras el sol
que al ser tan clara, no vemos.

Y va cubriendo los campos
la sombra que arrastra el viento.
Y va apagando la luz
y al sol va dejando ciego…

Dicen que es loco el Amor
porque va de besos lleno.
Dicen que es como una sombra
que inunda de sentimientos.

Y ciega la voluntad,
y nubla el entendimiento,
y confunde realidad
con el sueño más perfecto…

Por eso es que Amor y viento
se desean en silencio,
que el aire atrapa gustoso
al que le dice “te quiero…”

El Amor trae la pasión
dando calor con sus besos.
El viento abrazos de brisa
que calman con aire fresco.

Dicen que solo hay un mar
que abarca playas y puertos.
Dicen que toda su sal
proviene de ojos sin dueños.

Son lágrimas de amargura,
desamores que dolieron,
convirtiendo a dulces ríos
en salados mares fieros…

Dicen que somos navíos
con la vela a barlovento.
Dicen que somos mareas
que van y vienen cual besos.

Y no hay timón que nos guíe
si el camino es tierra adentro.
Y no habrá puerto de atraque
si no nos llevan los vientos…

Por eso es que mar y barco
son aliados del viento.
Por eso es que guarda sombras
el aire que llevo interno.

Por un Amor que arrastró
la corriente mar adentro
ahogando todos los besos
que me guardaba el recuerdo…

© 2015  J.I. Salmerón

Aquí he dejado mis penas

084

 

Aquí he dejado mis penas,
volcadas en la cuneta
para viajar más ligero.
Para subir esas cuestas,
las que adivino a lo lejos
andando estrechos senderos.

Pero he cogido tus besos,
los que me dabas al vernos,
y en la mochila los llevo.
Y si anochece en mi alma
y el caminar se hace enero,
yo me caliento con ellos.

Y tus abrazos viajeros,
los que me dabas al irte
después de decir “te quiero…”,
se visten hoy en mi cuerpo.
Y si me abate el vacío
me reconforta tenerlos.

Los árboles eran sombra,
y en la sombra los recuerdos
del tiempo que entre mis manos
yo acariciaba tu pelo,
se vuelven claro de luna,
me pintan luz de lucero.

Aunque me dobla el sentido
estar de tu Amor tan lejos,
y hoy me aturde el desierto
de tus abrazos y besos,
siempre mi vista adelante
por si al caminar te encuentro.

Y ese día volverán
nuestros amores de nuevo,
y tus labios mojarán
la sequía de mis besos.
Y tus abrazos fundidos
en la orfandad de mi pecho.

Por eso viajo sin penas,
para esperar que tu Amor
de nuevo llene mi cuerpo…

© 2015  J.I. Salmerón

Cuando yo no esté…

Juan I. Salmerón

 

…Cuando yo no esté
las amapolas nacerán igual
en su rojo mar de cristal,
rojo de atardeceres…

Cuando yo me vaya
mi sombra siempre estará
cobijando este lugar
de soles abrasadores…

…Y todo quedará igual,
la arboleda, el manantial,
las barcas sobre la mar,
los fríos amaneceres…

Cuando me haya ido
y el tiempo vaya conmigo,
a ver las horas pasar, seguro,
se pararán mis amigos…

Soy yo el que no podrá estar
viendo a esta vida pasar
pues ella es la que ha supuesto
que aquí no tengo lugar.

¡Que ya ha pasado mi paso…!
¡Que ya el camino es completo…!
¡Que tengo cosas que hacer
donde  se vuelven los vientos…!

…Y todo quedará igual,
la arboleda, el manantial,
las barcas sobre la mar,
los lentos atardeceres…

Que otros amaneceres
esperan mis ojos verlos
en los confines del cielo,
en lo infinito del tiempo…

No quiero yo más penar,
ni a los que tanto yo quiero,
que otro mágico lugar
me espera detrás del cielo…

No os quiero yo ver llorar
si en horizontes me pierdo,
que con el viento estaré
acariciando cual beso…

…Y todo quedará igual,
la arboleda, el manantial,
las barcas sobre la mar,
y mi recuerdo entre flores…

…Cuando yo no esté
las rosas sobre el rosal,
en su rojo ventanal,
me anunciarán entre amores…

© 2015  J.I. Salmerón

Paseabas hoy mi sueño

Almendros 020

 

 

Paseabas hoy mi sueño,
como la sombra en la tarde
pasea el camino, lenta,
bajo las ramas y flores,
en febrero, de un almendro.

Ayer mi sueño era plácido,
no había sombras de invierno.
Que calientan más tus besos,
los de las cálidas tardes
que atesoran mis recuerdos.

A mi espalda, tu sombra siempre.
A mi espalda, se abraza tu recuerdo.
Tus pies a mi cintura.
Tus manos a mi cuello.
A mi espalda, tu Amor me va siguiendo…

Soñé que soñaba un sueño.
Soñé que el sueño era eterno.
Soñé que las ilusiones,
las que vagaban cual huérfano,
se guarecían en ellos.

¡Que tus besos me enjaulaban,
que me quemaban por dentro,
y que solo aquella sombra,
que me cubría el deseo,
apagaba ayer mi fuego!

A mi espalda, tu sueño espero.
A mi espalda, se funden tus “te quiero…”
Tus brazos me detienen.
Tus ojos son mi dueño.
A mi espalda, tu Amor me va mordiendo…

…Paseabas hoy la tarde,
como la sombra de un sueño…

© 2015  J. I. Salmerón

Te quiero tanto, tanto, que ya no te quiero

053

 

te quiero tanto, tanto,
que ya no te quiero,
porque de tanto quererte,
de tanto dolor,
muere mi Amor hoy por dentro…

…Es posible que no sienta,
que sea un palo, una piedra,
que sea un tronco de árbol
y solo la sombra sienta…

Lo difícil no es sentir,
es transmitir lo que sienta
para que puedas decir:
«sé que por mí esto lo piensa…»

De si es verdad lo que sienta
y no dudes ya más de mí,
no dudes que sea cierto
lo que yo sienta por ti…

Por eso ya no te quiero,
porque de tanto quererte,
de derrochar sentimiento,
muere mi Amor de dolor,
muere mi Amor en lamentos…

© 2015  J. I. Salmerón