Soñar
¡Vamos, venga…!
¡Vamos…!
¡Venga…!
¡Date prisa, corre…!
¡Y bésame mucho y profundo!
¡Bésame cómo tú sabes!
Que pronto llega ya el día.
Y de mi sueño despierto.
Y ya no estás a mi lado.
La vida impone sus reglas.
Mi corazón un desierto…
¡Vamos…!
¡Corre…!
¡No tengas miedo y disfruta…!
¡Que mis labios ya te esperan…!
Que mi boca se hace eco
y tu nombre me susurra.
Que mis brazos ya te buscan
en las sombras del silencio.
¡Y te palpan, te lo juro…!
¡Y te siento, lo prometo…!
¡Vamos…!
¡Venga…!
¡Date prisa, que te espero!
Que es el alba ya, y sus luces,
las que acechan asustando
a este sueño que me envuelve,
al que tú y yo disfrutamos,
al que como cada noche,
en silencio y a escondidas,
entre besos nos amamos…
¡Vamos, venga…!
¡Date prisa…!
¡Antes de que despertemos
y la triste realidad
se apodere de mis sueños…!
©2018 J.I. Salmerón
Un libro, una historia
…Se puso en pie aquel dragón.
La boca lanzando fuego
y todos muertos de miedo,
sin salida en el rincón.
Pero la espada precisa
que el caballero empuñaba,
salvó de nuevo a la dama
y a la bestia hizo sumisa…
…Mientras, dos hombres de acero
revolver en la cadera.
La mano impaciente espera
ser la primera en cogerlo.
Duelo al sol en el oeste.
Miradas de pistolero,
será de tiro certero
el que al contrario le acierte…
…Pasábamos por la estrella
de una galaxia lejana.
No había nave cercana
que a nuestro auxilio viniera.
En el espacio soñamos.
A la deriva la suerte,
flota en la nave la muerte,
solo un milagro esperamos…
…Era de manzanas verdes.
Dulces todas y sabrosas
que de esas ramas hermosas
tú recogías los viernes.
Yo te esperaba sentado
a tu vuelta de la huerta.
En una silla, en la puerta,
por probar tan buen bocado…
…Por hoy creo que ya vale.
Cerraremos estos libros
aunque sean como amigos
llenos de cuentos dispares.
Mañana continuará
cada uno por su historia,
sin fallarles la memoria
narrando qué pasará.
Que no te puede faltar
un libro en que cada día
una historia cobre vida
para volver a soñar…
© 2017 J.I. Salmerón
Puede que fuera…
¿Estaba el almendro en flor
cuando nos vimos de nuevo…?
Entonces casi seguro,
aunque hay veces que yo dudo,
que fuera el mes de febrero.
Que es cuando el sol aparece
saliendo de su letargo.
Cuando la nieve derrite
y en brazos de cualquier río
llega nadando hasta el lago.
¿Te di seguidos dos besos
casi rozando tus labios…?
Eso será que te quiero,
no puede ser de otra forma.
Eso será que te amo.
Que estar contigo y mirarte,
estar tan cerca y rozarnos,
es complemento perfecto
a tantas noches que duermo
soñándote palmo a palmo.
Era la tarde perfecta…
El sol rozaba el otero…
Y yo detrás de tus pasos
perdido por tu cintura
queriendo tocar tu pelo.
¿Y dices que no recuerdas
todo esto que te cuento…?
Lo mismo llevas razón
y me engañó el corazón
y fuera tan solo un sueño.
¡Pero te juro que siento
todo lo que estoy contando
cuando en la calle te veo
cruzarte con mi deseo
y mi alma muere a tu lado…!
¿Eran secas esas hojas
que de alfombra el suelo cubren…?
Es que me falla el recuerdo.
Pues entonces, si eso es cierto,
puede que fuera en octubre…
© 2017 J.I. Salmerón
Pozo de los sueños
Un pozo con deseos en su fondo
donde la luna siempre se asomó.
Brocal donde apoyándome en tus ojos
pedí a aquella moneda solo Amor.
Robé de tu cintura terciopelo,
abrazo preso del amanecer,
donde por un momento fue sincero
el roce de tu piel sobre mi piel.
Tus labios de palabras se llenaron,
mis manos intentando traducir
aquel calor que tus besos dejaron
al presionar tu cuerpo junto a mí.
¡La noche se paró.
Juré que te sentí!
Tu beso me caló
de Amor sincero.
¡La luna se apartó
y entonces yo lo vi!
Tu cuerpo resultó
solo un reflejo.
Mirando en la mañana, junto al pozo,
un beso entre la hierba me encontré.
Lo cual demuestra que no estaba loco,
que fue algo más que un sueño que soñé.
Desde ese día vuelvo cada noche
posando mi mirada en el brocal
donde tus ojos de luna robaron
mi alma que ya no he vuelto a encontrar.
¡Pero yo sé que un día nos besamos,
que tu cuerpo en mi cuerpo estremeció…!
Que aquel calor que sentí de tus manos
no fue reflejo de imaginación.
“Pozo de los sueños”
el nombre que le di.
La sima de un Amor
que fue locura.
La noche que te vi
la magia me envolvió,
y hoy te he vuelto a soñar
bajo esa luna…
©2017 J.I. Salmerón
No queda orilla cercana
No queda orilla cercana
cuando entre sueños navegas.
No hay palo mayor de velas
que cuando en tormentas sueñas,
aguanten el huracán.
Luchando con las mareas,
las manos llenas de penas.
El corazón empapado
con agua de un mar salado,
y cansado de navegar.
Siempre buscando la isla donde atracar…
Siempre buscando el silencio,
siempre buscando la paz.
Siempre buscando los ojos
donde poder descansar.
Tan lejos el horizonte…
Tan lejos ese recuerdo
que arrastran suave los vientos.
Tan lejos el corazón
que se quedó sobre el puerto…
A veces quiero dormir
y no soñar lo que quiero.
A veces quiero ser vela blanca,
sujeta con blancas cuerdas,
sobre un eterno velero…
¿A dónde irán a parar
todos los sueños que sueño…?
¿A dónde han ido los besos
que tú me solías dar…?
A veces quiero ser mar,
color azul, como el cielo.
A veces quiero rimar
como me riman los versos,
y solo me quedo en sueño.
No queda orilla cercana
en esta vida de mar revuelto…
©2017 J.I. Salmerón
Don Juan
Hoy me paro aquí un momento
y escribo con toda el alma
a quien se erige mi dama
y es mi central argumento.
Aquí le cuento, señora,
cómo este Amor que me oprime
y hasta el respirar me impide,
por su ausencia siempre llora.
No puedo, mi doña Inés,
pasar más tiempo sin veros,
sin mirar los dos luceros
que por ojos vos tenéis.
Que mi vida es un no ser
y a cada paso que intento
no encuentro sino tormento
por no abrazar vuestra piel.
Dicen que yo no os merezco
por pendenciero y rufián,
por seductor y galán,
por mujeriego embustero.
Pero esta vez de verdad
defiendo a capa y espada
todo el Amor que mi amada
guarda para este Don Juan.
Sé que en mi vida he pecado
pero hoy os pido clemencia
para indultar mi conciencia
y poder ser vuestro amado.
Decidme pues, Doña Inés,
si este Don Juan de rodillas
que muere entre pesadillas
Puede soñar vuestro ser.
Decidme, Amor de mi vida,
si este corazón errante
puede ante vos hoy postrarse
para cerrar esta herida.
Hoy, Inés, Don Juan suplica
que en mis brazos os quedéis
y que en mis labios probéis
este Amor que se os explica.
Doña Inés, aquí os espera
un Don Juan de corazón
roto de tanto dolor
a que vuestro Amor le quiera…
© 2016 J.I. Salmerón
Ser viento
Hay un viento que lleva
a tus brazos recuerdos.
Hay un viento que calma
con su voz tus deseos.
Hay un viento en la tarde
excitado que empuja,
que penetra ondulando
a través de tu blusa.
Que recorre tus formas,
que te besa en silencio,
que susurra “eres mía…”
abrazando tu cuerpo.
Ese viento soy yo
que te lleva aire nuevo
y te abraza mi brisa
que fresca te envuelve.
Y seré tu respiro
cuando el aire te falte,
cuando quieras volar
y en mis brazos te lleve.
Eres tú ese planeta
donde gira mi viento.
Y en la torre, veleta
donde paro por verte.
Y me atrapa tu alma,
y mi soplo, un momento,
se adormece liado
a tus labios y cuello.
Y de nuevo con fuerza
con mis aires despierto,
y te escapas conmigo
entre nubes y cielo.
Y mi brisa te tumba,
y mi voz, solo beso,
y mis brazos el aire
enredando tu pelo.
…La otra noche aquel aire
murmuró desde lejos:
“Deja ya de soñar,
no serás nunca viento…”
Pero yo respondí:
“Si tú hubieras soplado
como yo hice aquel día
atrapando su cuerpo,
tú también morirías,
como yo estoy dispuesto,
por volver otra vez
por un día a ser viento…”
© 2016 J.I. Salmerón
Te sonará al verlo
El tiempo ha cedido
¡Quisiera haberte dicho tanto
de lo nuestro…!
Y no encontré el lugar.
Ni frase entre mis labios.
Ni tuve ese momento.
Quisiera haberte, solo,
tu paso acompañado.
Cogido de tu sombra.
Envuelto en tu mirada.
Colgado de tu brazo.
Y no tuve el valor de no negarlo.
Que sí que te quería.
Que sí que te he soñado.
Y no busqué tus pasos.
Aunque lloré de pena…
Y no impedí alejarnos.
Aunque tu espalda viera…
¡Quisiera haberte dicho tanto…!
Pero ya no hay calor,
ni sol en el ocaso…
…El tiempo ha cedido
y sucumbe al final de este momento.
No hay vuelta atrás.
No puedo hacer presente el ayer
de mis recuerdos…
© 2016 J.I. Salmerón
Ahora que es tan invierno
Ahora que es tan invierno
y en mi alma se cuela el frío.
Ahora que este silencio
va inundando el corazón.
Me encantaría llevarte,
aunque asomara tu risa,
dentro de mi bolsillo,
guardada en el pantalón.
Así, cuando me faltara
el roce de tu presencia,
cuando el recuerdo del beso
fuera tan frío como hoy,
con solo meter la mano
buscándote con mis dedos,
entre recuerdos añejos
encontraría tu Amor.
Y escogería tus labios,
aquellos que me nombraban
y bajo luna de plata
eran mi cuna al soñar.
O esos abrazos al alma
que envueltos de madrugada
comenzaban siendo río
y nos llenaban de mar.
Quisiera que te vinieras
escondida en mi camisa,
con mi botón atrapada,
tocándome el corazón.
Y si me cala la lluvia
o si la nieve me tapa
solo al sentirte tan cerca
mi tristeza se hace sol.
Por eso cuando es invierno
y mi alma llora de frío
muy dentro de mis bolsillos
llevo un poco de tu Amor…
© 2016 J.I. Salmerón
Si me voy
…Puede que sí, que algún día,
al final, tenga que irme
y tú me veas partir
tras el cristal de una tarde.
Pero mi Amor quedará
y quedarán mis abrazos
que en noches de soledad
a ti te harán recordarme.
¡Y mis besos quedarán,
y mi forma de tocarte,
y esa canción, que al bailar,
yo puse letra al besarte…!
Puede que sea el destino
el que me indique otro valle
donde el sentir de mi alma
de nuevo en Amor descanse.
Y otra agua tan cristalina
como tus ojos al verme
sacien de nuevo la sed
que me secó por perderte.
Me iré tal y como vine,
la ausencia vendrá conmigo,
y un hueco en el corazón
que jamás se tapará.
Me llevaré las palabras
que recorrían tu cama,
que en noches me regalabas
y que me hacían soñar.
Y en mi recuerdo tu Amor
que para mí fue el más grande.
Tú has sido en mi corazón,
que tantas puertas abrió,
la dueña de toda llave.
…Puede que sí,
que un día se haga de noche
y no me veas venir…
© 2015 J.I. Salmerón
Esto, seguro que a todos nos suena…
¡Qué bien me suena…!
Mi luna tú
Mi luna tú.
Con tu luz como vestido.
Como blanco ves
al mundo tuyo.
Sin malicia, sin nubes
que te impidan ver
lo mejor que tú
has conocido.
Tú siempre luna llena.
Sin menguar, sin ocultarte,
sin dejar sin luz
a todo el que hoy
llore contigo.
Observando, inquieta,
donde te llevará
este camino,
reflejando el mar
como destino
al caminante que al fin
viaje contigo…
Al que sepa de ti
como es soñar,
soñar contigo…
Mi luna tú,
donde me guío.
Y yo tu espejo,
pues soy tu río…
© 2014 J. I. Salmerón