Vela
Ser tiempo
Era amante de la madrugada.
Era sombra de todo silencio.
Era, de las velas, la apagada.
Era llama del Amor eterno.
La conquista de cada llanura.
El reflejo interno del espejo.
La flor que brotaba en el asfalto.
La madre besando a su pequeño.
Siempre en cada esquina era presente.
Siempre en cada página, comienzo.
Siempre en primavera era la lluvia.
Siempre en la tormenta, el rayo intenso.
Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene la esencia viva
de los segundos que van corriendo.
Es lo que tiene la magia
de cada paso, de cada intento.
Es lo que tiene ser tiempo…
Era la vista de los testigos.
Era la imagen de aquel recuerdo.
Era la noche de luna llena.
Era caricia sobre los cuerpos.
La playa llena de sol y arena.
La mesa alegre donde comemos.
El río grande por la explanada.
La nieve fina de los inviernos.
Siempre en cada verso era la rima.
Siempre en cada paso, el paso inverso.
Siempre de la sangre, el corazón.
Siempre la pasión en cada beso.
Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene ser siempre el alma
de cada instante que vas sintiendo.
Es lo que tiene llevar por dentro
segundos, minutos, y viento.
Es lo que tiene ser tiempo…
©2018 J.I. Salmerón
La leyenda
Diría que por la sombra
tan pronunciada que había,
el sol rondaba en lo alto,
sería ya medio día.
La calle pleno desierto
de piernas y algarabías.
Silencios entre los muros,
ni un alma allí se veía.
El empedrado en la sombra
y otro en el sol, más arriba.
El verde, saltando el muro,
sobre la tapia se empina.
Y yo solo en mi paseo
escuchando la agonía
de estos muros, que aún de piedra,
tienen contados sus días.
La travesaña me atrapa
cuando paseo Sigüenza.
En sus portales se escuchan
voces de reyes y reinas.
Porque cada morador
que en sus entrañas viviera,
era ya rey de su casa,
y su mujer era reina.
Aunque si has de pasear
por conocer la leyenda,
hazlo cayendo la noche,
al rojizo de sus velas.
Cada farol que te encuentres
su cristal parece cera.
Y su rojiza bombilla,
como rojiza candela.
Pues dicen que la leyenda
consiste en pisar la piedra
que te enamora al instante
de esta mi bella Sigüenza.
Y a partir de aquel momento
dará igual ya donde estés,
que el Amor por mi ciudad
llevarás bajo tu piel.
¡Si yo contara los pasos
que he dado por estas piedras,
no se podrían llevar
en ningún libro de cuentas…!
Y doy fe que yo he pisado
esa piedra que enamora.
Y seguro varias veces,
por lo que mi alma la adora.
Y si de mí tienes dudas
y piensas que lo exagero,
date una vuelta conmigo
por estas calles de ensueño.
Y luego ya me lo cuentas
tranquilamente y charlamos,
verás como si la pisas
terminas tú enamorado.
…Diría que por el tono
rojizo de las paredes,
se me ha hecho otra vez de noche
en las calles de Sigüenza
hablando de mis quereres…
© 2018 J.I. Salmerón
La vela se está mirando sobre la luna de espejo…
Al comenzar el ocaso
Fue al comenzar el ocaso,
cuando los miedos se acuestan
y en su lugar se despiertan
los sueños donde gozamos.
Cuando la luz escasea.
En el preciso momento
donde el sol casi se ha puesto
y cobra vida la vela.
Cuando las tardes que hay nubes
el sol las besa de cerca
llenándolas de vergüenza
y en rojo carmín las cubre.
Cuando la sombra recorre
cada baldosa en la acera
y ciega la carretera
tapada por ese monte.
Fue cuando andamos despacio.
Cuando el día ya nos vence
y el cansancio crece y crece
hasta dejarnos exhaustos.
¡Cuando el cielo se ha quebrado…!
¡Cuando esperamos la luna…!
Cuando ese gato deambula
gozando por el tejado.
Entonces fue cuando digo
que pude oler tu perfume.
Ver tu figura en la nube
pasear al lado mío.
Entonces llega el recuerdo…
Como cada atardecer
en que no te he vuelto a ver
y yo te sueño despierto.
Fue en el nuevo amanecer
de la noche oscura y fría
donde cada melodía
recuerda que yo te amé.
Fue en el ocaso del día.
Fue al esperar tu volver
desde los tiempos de ayer
a darle luz a mi vida.
©2017 J.I. Salmerón
Tú eres abeja y su flor
Tú eres abeja y su flor.
Eres río y eres puente.
Eres árbol y su nido.
Eres la luz, si es de noche,
que en mi recuerdo se enciende.
¡Si la vida fuera rosa
seguro que tú serías
el bote con el color
y la brocha que la pinta!
Tú eres la reina del cuento.
Soberana de mi Amor.
La princesa de mi reino
y yo peón de deseos
dando la vida por vos.
¡Si la vida fuera un mar
con olas de empuje incierto,
tú serías barco a vela
navegando hacia buen puerto!
Tú eres hoguera y candor.
Eres la llama encendida.
La tarde llena de sol
que seca mi corazón
cuando se empapa de lluvia.
¡Si la vida fuera oscura
tú serías esa estrella
que nos guía en la distancia
dando luz a la vereda!
Tú eres la paz interior
que siempre buscan las dudas.
Eres final de camino
cuando mi andar se hace eterno
entre arboledas oscuras.
¡Si en mi vida no existieras,
si no te hubiera encontrado,
yo tendría que inventarte
y en óleo o barro crearte
para tenerte a mi lado…!
© 2016 J.I. Salmerón
Si yo fui parte de un sueño
Si yo fui parte de un sueño
no busques mi despertar,
sigue siendo ola en el mar
que va bañando el recuerdo.
Que mis ojos son tu cielo,
y yo te abrazo de espuma
mientras mis besos son cuna
de tu más ferviente anhelo.
Si yo fui un día camino
no borres hoy las pisadas,
las que en la tierra dejaban
el Amor que un día fuimos.
Que yo la tarde detengo
sobre los montes de olivos,
sobre los campos de trigo,
para que tú puedas verlos.
-…Si ves que vale la pena,
no te importará esperar,
como el puerto con su mar,
a que suba la marea…-
Si un día fuera el jinete
que cabalgaba en estrellas,
no apagues hoy las más bellas,
esas que miras por verme.
Que de tus ojos soy brillo
que de marrón y tostados
llenan los bosques y prados
en los otoños que vimos.
Si he sido de tus palabras
las letras del corazón,
hoy pido al cielo perdón
por no saber ordenarlas.
Que aún soy tu rima en papel,
la estrofa que de mis versos
se unen en lazo travieso
por ser poema en tu piel.
…Si ves que vale la pena,
no te importará esperar
el aire suave del mar
para que empuje tu vela…
Si tú aún me quieres soñar,
en tu recuerdo me esperas…
© 2015 J.I. Salmerón
Me gustó…
Me gustó ser playa y sol.
Me gustó ser horizonte.
Me gustó ser blanca vela
que sobre velero sueña
surcar un mar sur a norte.
Me gustó ser agua y sal.
Me gustó ser nube errante.
Disfruté siendo la espuma
que cabalga bajo luna
subida en ola gigante.
También me gustó ser campo,
y brizna de hierba verde.
Atardecer reflejado
en aguas de río en prado
mientras el día se pierde.
Me gustó ser monte y piedra.
Fui de noche lobo aullando.
Me gustó ser luz de rayo
en tormenta de verano
que rompe el cielo atronando.
Fui sombra de una Alameda.
Agua de una fresca fuente.
Beso que se da a escondidas
esa pareja que anida
en Amor adolescente.
Me gustó ser fiesta y baile.
Me gustó ser luz de estrella.
Me gustó ser el abrazo
de la amistad que añoramos
y tardamos tanto en verla.
Yo también fui ese camino
que al ocaso no se ve.
Rojo, amarillo, naranja,
los cielos pintaba al alba
forjando el amanecer.
Me gustó ser como un sueño.
Quise hacer hoy el ayer.
Yo quise volverme tiempo,
poder detener momentos,
pero no lo supe hacer.
Que el instante no es un buen preso,
tan solo deja recuerdos,
no se puede detener…
© 2015 J.I. Salmerón
Puedo navegar…
…Puedo navegar por donde quiera
si mi barco no me lleva a la rivera…
Si surca suave los mares, ríos o praderas,
si es capaz de alcanzar mi sueño
con sus velas…
Navegar en cielo azul también quisiera,
y las nubes,
todas blancas,
como velas,
que me traigan y me lleven dónde quieran,
entre valles,
sobre montes,
a tu vera…
Que yo me dejaré llevar
si tú eres el destino
al cual navega…
© 2014 J. I. Salmerón
Me buscas en la distancia
Me buscas en la distancia,
como al faro que nos guía
en este mar tan confuso,
en este mar que es la vida…
lucecita solo soy,
apenas vela en ventisca
que pelea entre las nieblas
por mantenerse encendida.
…Pero tu candil seré
si quieres estar conmigo,
y mi candela, siempre,
tu más preciado cobijo
que te proteja de lluvia,
y de palabras que oprimen,
con mis cálidos abrazos
y entre mis besos, que funden…
¡Sigue buscando, Amor mío,
desde arriba del Otero
mi apagada lucecilla
para que sea tu credo!
…Me buscas en la distancia
Y ya estoy junto a tu fuego…