El blues de la soledad

08-05-2010 12-19-35_0068

 

…Y es que cuando se entregan las manos,
se entrega también un pedacito del alma,
un pedacito de llanto,
un pedacito del sentir
que uno guarda en lo más hondo…

De lo que pudo haber sido y no fue,
que siempre arrastra tras de sí
lágrimas de impotencia, de rabia,
de… de soledad…
Y de miradas intensas al mar,
al mar de los sentimientos,
profundos y, a pesar de mojados,
siempre sedientos…

¿Puede haber calor en la soledad…?
Creo que no, pero sí en el recuerdo…
Pero sí en el abrigo de mis manos sobre tu cuerpo,
aunque solo lo sienta ya mi recuerdo…
aunque esta distancia me mate por dentro…

…Mi mano seguirá
el camino de tus sentidos,
seguirá la senda que tu piel le marque
desde el nacimiento
hasta el desembocar de las emociones,
y morirá en tu mar,
como un río…

…El blues de la soledad,
donde el recuerdo, siempre,
se va a parar…

© 2014  J. I. Salmerón

19 pensamientos en “El blues de la soledad

  1. Ese blues a la soledad pudiera interpretarse como mirar hacia dentro, aunque con impotencia y rabia por no haber podido dejar salir los sentimientos y las emociones. Porque son tan bastos como el mar, como bien dices, pero hay que sacarlos para que no se ahoguen en si mismos y terminen siendo pura soledad, «a pesar de mojados sedientos», solo recuerdos.
    Ahora cuando vea el mar me acordaré del blues de la soledad, donde el recuerdo siempre va a parar.
    Un abrazo.

    • Es que todos los sentimientos no son capaces de salir de dentro, no encuentran el camino para salir. Hay una parte de la soledad que siempre van con nosotros, siempre se queda oculta, y aparece en nuestro recuerdo cuando menos lo esperamos.
      El mar es un buen destino para ese blues, ya lo creo.
      Un abrazo

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