No me enamoró tu cuerpo

Juan I. Salmerón

 

Siento tener que decirte
que no me enamoró tu cuerpo
a pesar de que tus curvas
marearan mi cerebro.

No me sentía atraído
viendo desnuda tu piel
con esa escultural figura
de sirena medio pez.

No me gustaba tu pecho
ni tus caderas de vértigo,
ni tus piernas torneadas
sujetando el monumento.

Eso es tan solo otro cuerpo
como tantos que pasean.
Carne, sin más sentimiento,
que ha de convertirse en vieja.

No me enamoró tu cuerpo…

Yo me enamoré de ti
un poquito más adentro.
Me gustó tu corazón
que descansabas al sol
y era todo sentimiento.

Me enamoré de tu alma,
esa que sueltas al viento
para que encuentre volando
un nido donde hacer canto
a otro alma que sueñe intenso.

No me enamoró tu cuerpo…

Tu mirada me hizo preso.
Tus ojos me enamoraron.
Las palabras de tu boca
que cada tarde entre sombras
se me abrazaban hablando.

Me enamoró lo sensible
que eras sintiendo caricias
cuando mis dedos perdidos
entre tanto cuerpo frío
se encontraron con tu vida.

No me enamoró tu cuerpo…

Me enamoró tu sonrisa
tan alegre como el sol
que me decía riendo
bésame otra vez de nuevo,
bésame más, por favor…

…Siento tener que decirte
que tu cuerpo no logró
que en mí naciera el Amor,
que yo soy más de sentirte.

Sentir el alma y el son
que rigen tu corazón,
sentir que sientes igual,
sentir que sientes lo mismo…

© 2017  J.I. Salmerón

Una gota

Juan I. Salmerón

 

Se fundió entre las gotas de lluvia
que del cielo plomizo y ceniza
aquel día cubierto de penas
sobre tierra mojada se hundían.

Si mirabas de lejos
era una gota más
que iba mojando el suelo
convertido en cristal.

Pero esa gota era hoy bien distinta,
era gota de sabor amargo
macerada con sal de la vida,
con la pena que da el desencanto.

Una gota que al ser transparente
no guardaba secreto ninguno,
hasta el alma esa gota enseñaba
lacerada en recuerdo profundo.

Unos momentos antes
no mojaba esa gota
pues sus ojos brillaban
como luna en el mar.

Pero la despedida
del Amor de sus sueños
hizo que aquella gota
fuera lágrima y sal.

Y la lágrima que de sus ojos
se agarraba con fuerza en su huida
con las gotas de lluvia del cielo
se quería esconder.

No quería que viera la vida
cómo moja de pena su gota,
cómo amarga su sal esa herida
del Amor que se fue.

© 2017  J.I. Salmerón

Cuando el sueño se ha quedado sin su luz

Juan I. Salmerón

 

Cuando el sueño se ha quedado sin su luz,
cuando el alma se desgarra,
cuando cierran la ventana
y el oscuro de la noche siempre es cruz.

Cuando no encontramos por donde salir,
cuando no ves tu destino
y el dolor se hace camino,
cuando ignoras qué depara el porvenir.

Piensa que siempre hay un sol en la esperanza,
en el día que amanece,
en las flores que florecen,
y penetra entre la niebla que te atrapa.

Hay un sol que da calor a la injusticia,
hay un sol siempre a tu lado
que te frota el desamparo
y calienta convirtiendo mueca en risa.

Nunca izamos por bandera el desespero,
no dejes que te arrincone
esa noche que te come
y deja que el sol se abrace con tu cuerpo.

Aunque veas que la noche oscura y fría
quiere atraparte de nuevo,
no temas en ser guerrero,
que siempre tendrás un sol como tu guía.

© 2017  J.I. Salmerón

Ahora que no nos vemos

Juan I. Salmerón

 

Ahora que no nos vemos,
ahora que tus ojos no miran mi corazón.
Ahora que estamos lejos,
ahora siento profundo el dolor.

Si tuviera la oportunidad,
si tu mano cogiera mi mano.
Si tu boca preguntara dónde está,
tal vez lo seguiría intentando.

No quedó tiempo para vernos.
No quedó risa en la cara dibujada.
No quedó Amor de un nuevo intento,
solo lágrimas y un triste adiós en las palabras.

Nunca entendimos por qué.
Nunca fuimos al final lo suficiente.
Siempre averiguando dónde fue
aquel barco de papel de nuestra fuente.

Tatuada está la piel de los recuerdos,
marcada siempre de besos mi cara,
unos surcos tan profundos que no puedo
borrar tus labios de carmín de mis entrañas.

Ya sabrás el lugar donde te digo,
ya conoces esas flores deshojadas
a quién tantas madrugadas preguntamos
si no estarían de verdad equivocadas.

Ahora que ya está oscuro.
Ahora que tañen las campanas moribundas de mi alma.
Ahora que siento el frío,
ahora creo recordar cuánto te amaba.

© 2017  J.I. Salmerón

Escribe tú el argumento

Juan I. Salmerón

 

Queremos siempre vivir el mejor de los momentos.
La vida siempre en color,
la bella puesta de sol,
y la rosa sin espinas.

Queremos ver el camino sin cuestas, siempre recto.
Con flores a nuestro paso,
cielo azul por todos lados,
y las calles sin esquinas.

Pero la realidad es a veces bien distinta.
Hay días que es gris el cielo
y no encontramos consuelo
ni abrazo que nos abrigue.

Lo que ayer era tan bello hoy tiene muy mala pinta.
Los charcos bajo los pies,
la lumbre por encender,
y el frío polar que sigue.

Por eso es fundamental la actitud a mantener,
para pintar de colores
ese cielo tan plomizo.
Para ir plantando de flores
las laderas del camino.
Para doblar las esquinas,
para subir esas cuestas,
y cuando el alma tirite
buscarnos un buen abrigo.

Queremos siempre vivir el mejor de los momentos,
por eso es que hay que luchar
sin perder de vista el sueño.
Las espadas siempre en alto,
no cejar en nuestro empeño.
Y si no te gusta el libro
no continúes leyendo,
no pases sin más las hojas
y escribe tú el argumento.

© 2017  J.I. Salmerón

Soy poco de hablar

Juan I. Salmerón

 

Ya sabes que yo soy poco de hablar,
que soy más de sentir las emociones.
Por eso nunca te dije te amo
aunque siempre lo estuviera pensando.
Por eso eran mi casa los rincones.

Soy más público atento que un actor,
más de observar parado que moverse.
Me encanta cuando pasas a mi lado
mostrando el movimiento desatado
de tu cuerpo al que muero por tenerle.

Mis ojos el cuaderno donde escribo
los versos con mi forma de mirarte.
Mi boca en su silencio fin de estrofa
donde no habrá salida de mi prosa
por no perder la magia de ese instante.

Yo soy más de cerrar fuerte los ojos
para exhalar profundo tu perfume,
robar tu aliento cuando dices hola,
mecerme con tu adiós como una ola,
y así seguir viajando con mi nube.

Más de solo de piano que de orquesta.
Más que copiosa cena, aperitivo.
Más que guerra prefiero una batalla
y luego ya pensamos, tras ganarla,
si para más pelea habrá motivo.

Seguro que perdí mil ocasiones
para robarte muchos dulces besos.
De tus abrazos huérfano he quedado
por no saber en su día expresarlo
y condenar tu Amor al mío preso.

Que soy poco de hablar,
que soy más de sentir,
y aunque hoy ya sea tarde
por fin te lo confieso…

© 2017  J.I. Salmerón

Lloraba la tarde

Juan I. Salmerón

 

Lloraba tanto la tarde
la puesta de sol tan temprana
que sus lágrimas rodaban por la calle
convirtiendo baldosines en ceniza.

Era la escarcha que trae la noche,
era la brisa delgada y fría,
era ese día que muere
sin haber visto su risa.

Y el sol se agarraba entre las nubes,
sobre los picos de las montañas,
queriendo así abrazarse a aquella tarde
tratando de mecerla entre sus rayos.

Es el destino,
es el rodar de la vida,
el invierno que no deja ver al sol
a pesar de que la tarde se lo pida.

Se marchó el sol,
y la tarde no vio que era noche,
y que a falta de su luz
las estrellas serían su camino.

La luna en un tejado se sentó
a prestarle el corazón
a aquella tarde que entre lágrimas
de escarcha fría suspiraba.

No llores tanto el adiós,
le dijo la clara luna,
del sol que vuelve mañana
a acompañarte de día.

Disfruta su corazón
mientras la luz sea sol
que cuando seas de noche
el cielo estrellado y yo
te haremos fiel compañía.

© 2017  J.I. Salmerón

Sentido sentimiento

Juan I. Salmerón

 

Al final, el mismo cuento…
Que todos somos sentir
en este ir y venir
de los latidos del tiempo.

Todos somos sentimiento…

Sentimos hondo la pena
con ese dolor interno
que recorre nuestro cuerpo
dejando marcada huella.

Sentimos las alegrías
que contagian de esperanza
y van llenando de magia
a nuestros mejores días.

Del sentir es la razón
de que, por más que lo pidas,
al final tú no consigas
que yo te olvide, mi Amor.

Sentimos intenso el frío.
Sentimos fuerte el calor.
Sentimos tanto el adiós
cuando se va un buen amigo…

Al final es del sentir
la vida de los colores,
aromas, gustos, sabores
que aún quedan por descubrir.

Y del sentir la pasión
habrá capítulo aparte,
que eso además tiene arte,
no se ama sin ton ni son.

Sentir que el alma se arroja
del balcón de tu existir.
Sentir tus besos al fin
buscarme desde tu boca.

Puede haber mejor sentir…

La vida son sentimientos
constantes en su latir
y el corazón siempre a mil
sintiendo cada momento.

Abandónate al sentir,
deja que sienta tu cuerpo
y empápate de momentos
que construyan tu vivir.

Siente y ayuda a sentir,
tendrás mejor sentimiento…

© 2017  J.I. Salmerón

Palabras y abrazos. Recuerdos y besos

Juan I. Salmerón

 

Doblé la esquina pensando
ver el camino a tus besos
pero solo de adoquines
y paredes encaladas
se llenaba mi paseo.

Bajé a la plaza que tiene
el árbol de tus abrazos
pero sus ramas mecidas
de una total ignorancia
apenas me saludaron.

Solo en la puerta vacía
descansaba tu recuerdo…

El regalo de tu beso
es siempre tan especial
que dice mi boca al besarte
que tu beso es puro arte,
que es magia lo que le das.

Por eso mi alma recuerda
los besos que me entregaste
para que siga la magia
de tu beso en la distancia
hasta que vuelva a besarte.

Solo en la sombra dormía
la nostalgia de tus besos…

Sabemos que son mejores
los abrazos y los besos
al juntar los corazones
sintiendo las emociones
del besar entre silencios.

Las palabras muchas veces
causan ese mismo efecto
que cuando usamos los labios
y se funde nuestro abrazo,
pero un poquito más lejos.

Solo en mi sueño sentía
el abrazo de tu cuerpo…

Palabras y abrazos…
Recuerdos y besos…

© 2017  J.I. Salmerón