Como dos puntos de luz

Juan I. Salmerón

 

Como dos puntos de luz
en mitad de aquella noche.
Como dos faros de coche
Viajando camino al sur.

Como dos farolas más
pintadas de caramelo.
Como dos gotas de hielo
resbalando en un cristal.

Como dos viejos zapatos
metidos en pies espejo.
Como dos pares de besos
ansiando poder besar.

Como lápiz y papel
dibujando corazones.
Como el queso y los ratones
que siempre mueren por él.

A pares y en compañía
como pecera y su pez,
como una abeja y su miel,
como una mesa y su silla.

De dos en dos caminando
como un jilguero y su canto,
como una nube y su llanto,
como un Amor y su herida.

Si el destino nos unió
como un cordón al zapato
porqué romper ese lazo
que nos sujeta tan bien.

Dejemos que este camino
que junta grano y molino
dé harina de nuestro trigo
al rozarse piel con piel.

…Como dos puntos de luz
perdidos en la distancia
tu sol y mi sol avanzan
hasta hacerse amanecer…

© 2017  Juan I. Salmerón

Esperando junto al mar

Juan I. Salmerón

 

“Fuiste mi primer Amor
aunque tú no lo supieras.
Asomando en la tormenta
fuiste mi rayo de sol.

Por más que estiré mi Amor
no llegó nunca a tocarte
y no consiguió alcanzarte
mi abrazo en tu corazón…”

Siempre recitas lo mismo.
Siempre en la tarde a esperar
al borde del viejo mar
a que volviera contigo.

La tarde, su luz en calma.
La brisa del horizonte
tumbada sobre poniente.
Tu imagen es recortada.

Oteas si al fin la vista
de tus ojos sobre el mar
traen a ese Amor que ahora está
allende de las montañas.

Y solo el agua de sal
regresa sobre tus ojos.
Solo los sueños ya rotos
a tu piel sientes llegar.

Esas olas de ansiedad,
ese mar y su profundo
que recorren hoy tu mundo
ahogándote de esperar.

“Seguiré todas las tardes
volviendo al caer el sol
mostrando mi corazón
a la playa de tus mares.

Tu Amor, como ola a su playa,
llegará una madrugada
del mar que trae tu mirada
volviendo a llenar mi alma…”

Y allí seguiste esperando
aquel barco del Amor
entre las puestas de sol
de días, meses y años.

Allí se acabó tu mundo,
al borde de aquella tarde
donde junto al mar miraste
zozobrar tu Amor sin rumbo.

© 2017  J.I. Salmerón

Mi barquito de papel

327

 

Cargado siempre de besos
de los que nunca se han dado.
Siempre de abrazos llenado
de los que sienten sinceros.

Los sueños que no le falten
envueltos todos en nubes.
Y un viento que los empuje
haciendo sus alas grandes.

No tienen nunca cabida
en mi barquito velero
la tristeza, el desespero,
las caras sin una risa.

Se hundiría sin remedio
este barco de papel
que gobierna un timonel
surcando mares de ensueño.

Hay un estanque que abarca
a todos los continentes.
Hay un puerto inexistente
de donde parte mi barca.

Todas las tardes la boto
en aguas de la esperanza.
Creada en papel de estraza
y así mi sueño no mojo.

Por velas lleva los forros
de los bolsillos marrones
de mis viejos pantalones
que a bocanadas yo soplo.

Y surca todas las olas
sin temer que un desatino
haga que monstruos marinos
lo arrastren hasta la costa.

Mi barquito de papel
siempre pensando en lo mismo,
en llevar besos a amigos
y abrazos a flor de piel.

Terminó mi travesía,
a puerto yo he de volver,
que mañana puede ser
que en lugar de timonel
me toque estar de vigía…

© 2017  J.I. Salmerón

En vuelos cortos

Juan I. Salmerón

 

A veces soy puro aire,
ese pájaro viajero
incansable en las mañanas
que vuela surcando el sueño
sobre el barranco de otoño,
amarillos, verdes, ocres,
hacia las tardes de invierno.

En vuelos cortos
vamos cruzando la vida.
Ahora sobre una rama,
ahora sobre un balcón,
ahora sobre el alero
del tejado que diviso
enfrente de la cocina.

Oteando cómo el mundo,
bajo las plumas cansadas
de nuestras pesadas alas,
nos acompaña a golpes
en nuestro ir y venir
desde las noches oscuras
a las pálidas mañanas.

A veces soy una nube,
de lágrimas voy cargado
con ganas de aligerar,
de echarme pronto a llorar
quitándome todo el peso
que va lastrando mis besos
para viajar más liviano.

Siempre buscando ese sol
que me seque el aguacero.
Siempre al azul de ese cielo
que me estimula a volar
sin saber si es aire o mar
por donde pisa mi sueño,
y yo me dejo llevar.

Sobre el barranco de otoño,
en vuelos cortos,
la vida veo pasar…

© 2017  J.I. Salmerón

Un instante de Amor

Juan I. Salmerón

 

Amó la puesta de sol
a su lejano horizonte
a pesar de la agonía
de sus rayos al perderse.

Amó la leña el calor
que el fuego le producía
aunque ello fuera su muerte
convirtiéndola en ceniza.

Todo es Amor un instante.
¡El rayo que cruza el cielo!
Y después se hace de noche,
el instante es pasajero…

Amó la nieve al invierno
y de día quiso verlo
a pesar de que su luz
la derritiera en el suelo.

Amó la boca aquel beso
que le marcara los labios
aunque el sabor que dejó
fuera de adiós a su amado.

Todo es Amor tan fugaz…
¡Apenas un pestañeo!
Agua apretada en el puño
que no retienen los dedos…

Amamos cada segundo
como queriendo beberlo.
Amamos sin darnos cuenta
lo efímero que es hacerlo.

Ama la vida ese tiempo
que a nuestro lado pasea.
Ama el momento presente
por si mañana no llega.

Amó la noche el silencio.
Amó la luna su estrella.
Amó aquel gato en tejado
la gata que nunca viera.

Amó el segundo la vida.
Amó la pena tu ausencia.
Amó el final de esta rima
aquel papel donde muera.

Todos debemos amar
aunque el instante lo venza…

© 2017  J.I. Salmerón

Al calor del fuego

Juan I. Salmerón

 

He encendido la chimenea,
que el calor del fuego reconforta y calienta el alma.
Me he quedado solo, ya todo en silencio,
viendo cómo se consumían los últimos troncos
que quedaban quemándose,
como se queman nuestras vidas,
lentas, sin remedio.

Y allí, en silencio,
absorta la mirada en el fuego de la leña
que languidece como esta noche,
de nuevo, sin querer, sin saber cómo,
sin hacer intención de ello,
me he vuelto a acordar de ti,
has vuelto a acurrucarte junto al fuego de mis besos.

El crepitar de estos troncos me ha traído
el recuerdo del Amor que, como el fuego,
un día encendimos sin pensar que fuera extinto.
Que a pesar de tanta llama como tuvo,
a pesar de aquel calor que juntos dimos.
terminara por morir en nuestros cuerpos
convirtiendo nuestra llama en gris ceniza.

Hoy veo nuestro Amor entre las llamas
de este fuego consumirse sin remedio,
apagarse poco a poco moribundo,
convirtiendo llama y fuego en frío hielo.
Como veo que se extingue poco a poco
esta noche que a lo lejos ya clarea,
y estos leños que se mueren lentamente
en los brazos de este fuego…

© 2017  J.I. Salmerón

Lo que voy escribiendo

Juan I. Salmerón

 

Hay veces que no me acuerdo
de lo que voy escribiendo,
improvisando mi ritmo
como una orquesta de jazz
va inventando su argumento.

A veces alumbra el sol
cada palabra y acento.
Otras inunda de niebla
el camino que se quiebra
y con mis ojos no veo.

También la noche se impone,
el frío y el desaliento.
También el río que esconde
las lágrimas que navegan
buscando un mar de recuerdos.

Y escribe mi lapicero
mil historias por el suelo
de cómo por los tejados
saltando desesperados
van corazones viajeros.

De cómo al final se encuentran
esas miradas ausentes
que vagan alma por alma
hasta encontrar esos ojos
que puedan mirar de frente.

…Como hojas que en el otoño
dejan desnudas sus ramas,
así mis letras se lanzan
alfombrando la esperanza
de llenar cada hoja blanca.

Hay veces que no me acuerdo
de lo que pienso aquí dentro.
Hay veces que se confunden
los mares y sus azules
con verdes prados inmensos.

No sé qué os iba a decir…
No encuentra el son la palabra.
Hay veces que no me acuerdo
y se me olvida escribir,
que la memoria me falla…

© 2017  J.I. Salmerón

La noche avanza despacio

Juan I. Salmerón

 

La noche avanza despacio
y mi corazón,
todavía más lento,
se ha parado a descansar
mirando sobre la luna.

La lluvia llama entre tanto,
tocando suave,
detrás de los cristales,
Invitándome a bailar
agarrado a tu cintura.

Tú duermes, ojos cerrados,
seguramente soñando.
Yo aún me mantengo despierto
viendo de lejos tu cuerpo
cómo se marcha volando.

De esa dulce sensación
soñando que este recuerdo,
pleno de Amor,
va impregnando al corazón
inundándolo de besos.

Aún tengo lleno el cajón
de los abrazos pendientes
que nos debemos.
Aún sopla el viento esta noche
cargado de frío invierno.

Descansa mi corazón
en la almohada del olvido.
No hay más tiempo.
La noche se va hacia el mar
y al despertar, tú, ya te has ido…

© 2017  J.I. Salmerón