La novela

 

Vistiendo con mis hojas más lujosas,
sacando brillo a mi vieja portada,
enseñando mi lomo tan ceñido,
me dispuse a venderme en la mañana.

Pasaba mucha gente por delante.
Mayores, jóvenes, hombres, mujeres.
Algunos delante de mí, paraban,
y mi pulso palpita de emociones.

Ya sé que hay abundante competencia
y yo soy solo un libro entre otros muchos,
pero anoche soñé que me compraban,
por eso es que hoy mi porte es tan seguro.

¡Una chica morena se ha fijado!
Seguro que le gusta mi envoltura.
Y ya verás cuando me ojee un rato
como le hago tilín, estoy segura.

Ya sé que soy novela un poco antigua.
Ya sé que mi peinado no es de moda.
Ya sé que amarilleo por mi lomo,
pero con un buen forro, cambio toda.

¡Que lo importante va escrito en mis venas
con dosis de Amor, celos y ternura…!
¡Que lo bueno de mí es esta historia
que guardan mis entrañas con locura…!

Sus manos que acarician son tan suaves…
Seguro que tendrá una librería
donde quepa mi talle de princesa.
¡Seguro que su casa es ya la mía…!

…Pues yo no sé por qué no le he gustado,
si incluso sus ojos de Amor lucían.
Si el precio que piden por mí es barato.
Si yo encantada con ella estaría.

El caso es que otra vez estoy mirando
a ver a quién puede gustar mi vida.
Yo, que prometo estar enamorada,
de la persona que compre mi huida.

Ya sé que soy novela de otros tiempos,
que las arrugas son ahora mi vida,
pero creo que tengo mi derecho,
y no lo digo solo por despecho,
a otra oportunidad de ser leída…

¡Compremos libros viejos…!
Verás como la historia que contienen
es la misma que tú imaginarías.

¡Compremos libros viejos…!
Para que esta pobre novela tenga
el final que sus hojas merecían.

©2018  J.I. Salmerón

Cerraste la ventana

¿Cerraste la ventana por el frío
o acaso fue por no volver a verme?
Por no tener mi imagen cuando duerme
tu sueño, que aún despierta es solo mío.

Que tú y yo, y nuestro Amor, fue siempre un trío
y tú y él siempre a punto de tenerme.
Y yo queriendo siempre a ti quererte,
lo mismo que la lluvia quiere al río.

Pero el invierno viene con sequía.
No hay gotas que hoy empapen en tu Amor
al débil corazón que en ti latía.

Cerraste la ventana por dolor.
Por no ver a mi Amor cómo partía
la tarde que a tu gris mudó el color.

©2018  J.I. Salmerón

Se va la tarde, se va

Se va la tarde, se va.
Se va la tarde y asusta
quedarse en la oscuridad,
perdido en esta penumbra…

La luna sabe el secreto
de los amores nocturnos.
Sabe que el beso hablará
por los caminos sin rumbo.

¡Y el abrazo, y el deseo,
y la pasión cuando brota
al roce de cada piel
cuando desnudas se tocan…!

Se va la tarde, se va.
Con ella las esperanzas
de ver de nuevo brillar
el sol besando tu cara.

Todo pausado y silente.
Tu falda el viento alborota.
Las hojas sobre el camino
tejen de otoño tu alfombra.

¡y la vida, al caminar,
se va detrás de tu sombra.
Y tu pelo añorará
mi mano cuando lo toca…!

Se va la tarde, se va.
Se va detrás de tu huella.
La noche vuelve a ganar
y tu recuerdo se lleva.

©2018  J.I. Salmerón