Adiviné tu sonrisa
mientras besaba tu espalda.
Me imaginaba tus besos
cuando a tu cuello llegaba.
El tiempo se hizo silencio,
ni a suspirar se atrevía.
Solo el rozar de las manos
y los “te quiero…” se oían.
-¡Escucha…!
¿No lo oyes fuera…?
La luna se está quejando.
La fiesta de nuestro Amor
de envidia la está matando.-
Un largo e inquieto beso,
o un beso corto y preciso,
de esos que juegan, se esconden,
y atacan sin previo aviso…
Tus labios fueron delito
y por ello condenados:
¡Una cadena perpetua
junto a los míos besando!
-¿Lo notas…?
¡Oye sus gritos…!
El aire empuja furioso
en la ventana el cristal.
Quiere acariciar tu rostro.-
Tus ojos y mi mirar
se encontraron cara a cara.
Los abrazos enjaulados
por nuestra espalda escapaban.
La noche se hizo de aurora.
Viento y luna ya cejaban.
Y nuestro Amor en su barca
mar adentro navegaba…
Todo comenzó en un beso
que trepaba por tu espalda.
Todo empezó aquella noche
de viento y de luna clara…