Ya se ha tumbado la noche…

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…Llegó el momento de los sueños. Llego el momento en que solo volar debemos. Llegó el momento en el que debes dejarte acariciar por tu más preciado sentimiento. Llegó el momento…

 

Ya se ha tumbado la noche
sobre los montes y el campo,
sobre ciudades y pueblos
ha echado suave su manto.

Ya es hora de ir a llamar,
a lo profundo del valle,
a esos sueños que de día
dormitan junto al estanque.

¡Y que despierten deprisa…!
¡Que vuelen junto a la tarde…!
¡Y que hagan suya la noche
y que la llenen de bailes…!

La mágica hora se acerca,
donde contactan las almas,
donde el deseo despierta
poniendo sábanas blancas.

Ya nos cobija la noche,
ya estamos, Amor, a salvo,
ya no hay que temer los miedos
de realidades llenados.

…Ya se ha tumbado la noche,
y mi corazón cazando
sueños, quimeras, delirios
que desvanezcan mi llanto…

© 2014  J. I. Salmerón

Son más de seis…

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Son más de seis los sentidos,
los que componen tu cuento,
son más de seis lunas llenas
las que cubren por completo

la magia de este Amor,
la magia de tu momento.
Aunque no tenga sentido,
sentir lo nuestro yo siento…

Son más de seis besos locos
los que recorren tu cuerpo,
son más de seis oraciones
que se recitan cual verso

para seguir implorando
que no se rompa el secreto
que mantiene así la llama
que nos consume por dentro.

Si tú imaginas, yo intento,
si tú te apagas, yo enciendo,
si tú te marchas, yo vuelvo,
si tú me quieres, yo beso…

Si no te bajas del vuelo
yo no me apeo, ni quiero,
y si la vida permite,
seremos los dos de sueño…

© 2014  J. I. Salmerón

 

 

Noche de San Juan

…Rosas a guapas, cardos a feas.
Mágica noche, San Juan te espera.
Triunfa la luz a la noche negra
que apenas quiere tapar tu fiesta.

Con fuego puro quemas tus miedos,
esta es tu noche, pide un deseo.
Sueña un Amor, uno sincero,
manda esos besos que guardas dentro.

Pura es la noche que el agua encierra,
agua con sal de energía buena.
Hierbas del campo que sanan cuerpos,
San Juan bendice cual buen ungüento.

Todo leyendas, todo son cuentos,
que con los años fueron creciendo.
Yo, por si acaso sigo creyendo,
cuelgo las hierbas, salo las aguas,

sueño un Amor, purifico en fuego,
y pido a una estrella siempre un deseo,
que hoy hay más luz, ¡fuera los miedos…!
Pero si he de elegir con lo que me quedo,

sin duda elijo lo que más quiero:
rosas, no cardos, rosas al pelo,
tan amarillas como un destello,
el de tus ojos cuando los sueño…

Que esta es mi noche, la de San Juan,
donde tus sueños has de buscar,
puede que un día se hagan verdad,
que esta es tu noche, la de San Juan…

© 2014 J. I. Salmerón

El sentir de un lapicero

082Solo hay que saber escuchar y, francamente, lo hacemos muy poco…
Tan solo perder un poco de tiempo para poder traducir los sentimientos que tienen las cosas por dentro. Porque todo siente, a pesar de parecer que esté muerto, y os cuento…
…Me disponía a escribir, como muchos otros días, en hojas de papel con mi lapicero, (es la forma en la que más me gusta hacerlo, aunque luego lo pase a ordenador), me parece más emotivo y cercano hacerlo así. Al ver al pobre lapicero ya muy desgastado por el uso, opté por dejarlo metido en el bote que tengo para ellos y coger el bolígrafo, así me duraría más el lapicero, pensé. Pero para mi sorpresa, ese lapicero desgastado por el uso, me llamaba desde el bote, por muy extraño que esto parezca, queriéndome decir algo al oído: «Oye, te voy a contar lo que por mi alma pasa, porque a pesar de ser lapicero yo también tengo mi corazón, mi sentir de lapicero que se enamora con lo que le rodea y quiere serte útil mientras mis fuerzas me acompañen, así que si te acercas te contaré mi historia, y tú podrás escribirla y contarla para que el resto de la gente sepa que a pesar de ser objetos, de ser inertes, de no tener movimiento, tenemos alma, y sentimos lo que por nuestros corazones, por nuestra alma, a cada instante pasa…» Así que yo, obedeciendo las voluntades de mi lapicero, aquí os narro lo que me contó tan sigilosamente al oído…

 

Si me adelgazas, me muero, que ya lo sé.
Pero si no me estrenas, si mi punta no afilas,
si no dispones mi grafito como lanza de guerrero,
yo no sería un buen lapicero…

Yo quiero morir entre tus manos,
y que a capas me desnudes,
que mi cuerpo, suave, empuje entre los muslos
blancos de tu carta mi negro parecer.

Dejando estelas del querer, de tus palabras, de tu ser,
en ese virginal trozo de papel
que espera en desespero mi trazo oscuro
para vestir de gala su ser desnudo…

Mi vida entre afiladas garras yo me dejo,
¡Y no me quejo…!
Que sé que mi desdicha es hoy tu dicha
más profunda, cuando traduzco de tu alma

inquieta y pura todos tus sentimientos,
como pincel sobre su lienzo,
y autómata escribo lo que tu corazón
susurra, lento, por mi vena,

que guardo entre madera de buen pino
o cedro o de naranjo, roble, encino,
con esa sangre negra
que sale cuando afinas mi puntera…

…Me muero entre tus dedos,
mas yo no doy mi vida
en vano por perdida,
pues queda entre tus versos esparcida.

…Y yo contento…

© 2014  J. I. Salmeron

 

Mi mano tendida

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Si tú quieres caminar
mi mano estará tendida,
que te agarrará con fuerza,
y no te verás perdida.

Seré tu guía en el bosque,
en la ciudad y en tu vida,
en esas noches oscuras
en que la luna está fría.

Y luz daré a tu vereda
por muchas ramas que impidan
ver pasear los caminos
entre las sombras dormidas…

No se apagará la luz del sol
que nace cuando me miras.
Ni mi mano en tu corazón
querrá apartarse un solo día.

Puedes entrelazar tus dedos
a los míos si te sientes protegida,
como cuerdas que de cuerdas
se componen y son su vida.

Que quiero que te sientas
tan querida y tan soñada
que no sepas si es de día
o si es ya noche apagada.

Que quiero que se fundan
nuestras manos, como el agua,
como torrente de un rio
que en el mismo mar acaban…

…Mi mano a tu mano busca,
Y al final, ya se encontraban…

© 2014  J. I. Salmerón

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Todos los besos que quieras

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¡Ahí van unos besos nuevos, recién hechos, para esta noche de domingo! Para que sea más leve el esperar de un lunes nuevo y duro…

 

Todos los besos que quieras.
Todos los besos te mando.
Besos tan ciertos e intensos
como los cielos del campo.

Azules, rojos, dorados,
como colores de tardes
que el horizonte regala
como mis besos de antes.

¡Qué besos más ricos tengo!
¡Qué besos tan buenos, madre!
que yo solo los fabrico
para morenas con arte…

…Y a ti te sobra y te arden
los besos y el arte…

© 2014  J. I. Salmerón

Mi razón

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Tantas…
Tantas son ya las razones
que apenas encuentro razón
para añadir a razones…

Tantas…
Tantas son ya las mañanas
y nuestras noches en vela,
tantos son ya los recuerdos…

Que las razones no inquietan
si no las encuentro en viento,
que las razones me sobran
porque no hay razón en esto…

¡Que la razón es sencilla…!
¡La razón es que yo quiero…!
Y no hay que darle más vuelta,
que yo disfruto con ello.

Que a mí me gusta el paisaje
en el que mi Amor yo pierdo,
que a mí me gusta la tarde
verla ponerse a lo lejos…

¡Que eso es tener la razón,
y que la razón, yo llevo…!

© 2014  J. I. Salmerón

Si yo volviera a nacer…

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…Si yo volviera a nacer…

Me dedicaría a contemplar
a las estrellas…,
y a los amaneceres…,
y a los amados amantes…,
y a las puestas de sol y a las lunas gigantes…

…Si yo volviera a nacer…

Diría mi tarjeta:
“contemplador de eventos importantes”

Aunque pensándolo bien,
mejor se lo diría al oído de la gente,
para poder hacer más y mejores amigos
al calor de un susurro como abrigo…

…Si yo volviera a nacer,
ya nada sería lo mismo…

¿O puede que todo igual…?

No sé, misterios de lo desconocido…

© 2014  J. I. Salmerón

Cartas en mi buzón

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¿Será nostalgia…? Quizás, no lo puedo negar. Y es que hay veces que me inunda por completo esa nostalgia que crece con el paso de los tiempos… ¡Y no es por comparar, que va…! Es simplemente el recuerdo, los momentos atrapados entre el sentir y el pasado que no los puedo borrar. ¡Y que no quiero borrarlos, qué caray…! Que son míos por derecho, que yo los cuidé en barbecho hasta verlos florecer…!  ¡Y dar frutos y placer…!

Por eso añoro las cartas, mis cartas que cada día, o de semana en semana, o de mes en mes, tardías, recibía en mi buzón como si fueran razón de no hacer más ese día, tan solo abrir la misiva y deshojar su interior…

Las cartas… Con su tacto de papel, con su olor a bosque fino pues de tablón han salido, de corteza y de raíz. Cartas que eran bandadas, de palabras enjauladas, en corazón, bajo piel; para correr a tu encuentro y contar lo que allí dentro tejían para tu ser. Cartas llenas de tinta, de comas, puntos y apartes,  de signos de admiración, seguramente estos últimos al encontrar tu atención…

En fin… Que me gustaban las cartas, que con ellas yo me hablaba y compartía, en mi almohada, largas noches sin final hasta que el sueño de ellas emborronaban las letras hasta no poder leer los renglones otra vez. Aunque puede que fuera yo el que nublara la visión, que no recuerdo bien como fue.

Aquí os dejo una de esas conversaciones con la carta recibida en esa época en la que ya era extraño que en el buzón se encontraran esas cartas tan queridas…

…Qué vuelco dio el corazón
al ver de nuevo una carta
que esperaba en mi buzón
a que yo la deshojara.

“¡¡Oye, ábrela despacito!!”
me gritó de pronto mi alma,
“no quiero que se extravíen
y se pierdan con el alba,

que las palabras marchiten
si no son de Flor de Luna,
que por las noches florecen
y con su aroma te embrujan…”

…Alma mía, no te inquietes,
que aquí estoy yo, de vigía,
para cuidar de esas flores
e impedir que sean baldías.

Sé lo mucho que las quieres,
que sé lo mucho que ansías
que esas palabras no queden
sin germinar en tu vida.

Que yo sé lo que te alegran,
¡mucho más que atardeceres!
esas palabras que llenan
los silencios en papeles.

Pero esto has que compartirlo
con corazón y sentidos
porque esto es la maravilla
que al mundo le hace emotivo,

que cartas así no llegan
ni aunque las traigan los ríos.
Que cartas así se piensan
y luego caen en olvido…

¡Venid, cartas, a mis manos,
prometo ser todo mimos!
y entre el corazón y el alma
hacer del recuerdo un nido…

© 2014  J. I. Salmerón

San Valentín: Amor sin fechas

No, yo tampoco me he equivocado de día ni de mes, como dijo en su entrada del pasado día 30 nuestro amigo Francisco Javier Tostado, http://franciscojaviertostado.com, pero como él comentaba en su artículo sobre San Valentín

La historia de San Valentín

, el cual os recomiendo visitar y leer, simplemente me apetecía. Bueno, exactamente la verdad es que le comenté la entrada y le dije que tenía algo escrito sobre San Valentín, sobre ese día, que justamente hablaba sobre eso, de no ponerle día y mes al Amor. Que no hay necesidad de marcarlo en el calendario como el día especial para amar, porque cuando se ama, se ama siempre, sin importar la fecha que para ello nos marquen. Aunque reconozco que yo lo escribí penando en esa fecha. Así que ahí va…

Francisco Javier, ya me dirás si conjunta esto que escribo con el comienzo de tu entrada. Que no me he equivocado de día, que simplemente es porque me apetecía…

Yo no le quiero poner
una fecha a nuestro Amor.
te querré igual mañana
que lo que te quiero hoy.

No quiero marcar pasión
en hojas de calendario,
qué más dará que te ame
un lunes, jueves o sábado.

Qué más dará si es febrero
o si es otoño en un árbol,
qué más dará, si yo envuelvo
nuestro Amor como regalo.

No dejes que solo fechas
saquen tu Amor de las sombras,
ilumina mi cariño,
sé una más de mis estrellas.

Tú eres pasión oculta
y la que muestro a diario,
tu eres la que me acuna
cuando me acogen tus brazos

Hoy con mi Amor yo te cubro
como manta de lucero,
hoy quiero que me acompañes
en mi romántico sueño.

…Hoy te quiero recordar
todo el Amor que te tengo
sin importarme las fechas
que me indiquen cuando hacerlo…

© 2014  J. I. Salmerón

…Como un trocito de cielo…

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…Como un trocito de cielo…
Toda vestida de azul,
de azul de mar hasta el suelo,
como mis ojos, azul…

Camisa azul y vaqueros,
chaqueta parda en su brazo,
¡Combina a la perfección
con esos ojos castaños!

Aún así ella se empeña
en ocultar tras sus gafas
esos tostados luceros
de gran mirada dorada.

Avanza con paso lento,
como esperando una flor
que la llame desde el suelo
para compartir su olor.

Diría que va soñando
con sueños casi imposibles,
con sueños que con los años
apenas ya se distinguen.

Pero ella sigue en su nube,
Por eso viste de azul,
Para ser parte del cielo
Y enamorar con su luz…

…Que yo un trocito de cielo
he visto pasearse hoy…

© 2014  J. I. Salmerón