La culpa

 

La culpa fue del rayo y la tormenta.

La culpa fue de la lluvia incesante.

Del trueno que amenaza a cada instante.

Del viento que en susurros te lo cuenta.

 

Tal vez tu corazón ya no lo sienta

pues tengas del Amor por hoy bastante,

y apague ese sentir que ayer, constante,

llenara de verdad, aunque hoy te mienta.

 

A cadena perpetua condenado,

no tuviste indulgencia con tus penas

y el pobre corazón fue denostado.

 

Tú que quisiste amar a manos llenas

hoy solas y vacías se han quedado

como si fueran canto de sirenas.

©2019  J.I. Salmerón

La bicicleta

 

Oía el timbre sonar a lo lejos.
Yo te esperaba ansioso a que vinieras.
Tu pelo caminando sobre el aire.
Y ese vestido azul, y aquellas piernas…

Pasamos tantas tardes de verano
montando sueños en tu bicicleta.
Tú delante de mí y yo abrazando
aquel talle de niña y de princesa.

Los chopos, el paraguas del camino.
De rojo, la sonrisa de tu boca.
Intenso aquel perfume que, en tu pelo,
hacía enloquecerme gota a gota.

Como si fuera ayer,
la vida me regala ese momento.
Sin creer que ha pasado media vida.
Sin saber cómo llega hoy su recuerdo…

Parábamos al borde del arroyo
a ver quién de los dos era el primero
que, metiendo las ganas en el río,
mojaba esa pasión de ardor intenso.

Y no había manera de frenarlo.
Como un potro salvaje y desbocado,
el beso cabalgaba por el aire
hasta que era domado por los labios.

Tu boca era la miel…
El dulce atardecer de aquel verano,
el viento, las caricias, y tu piel,
me hicieron carcelero de tus brazos.

Me gustaba guiar a tu cintura
por el camino verde en la vereda,
y que los juncos fueran poesía
cuando rozaban, al pasar, tu tela.

Y siempre regresábamos de noche,
las estrellas, tú y yo, y la bicicleta.
Y el faro entristecido que alumbraba
a golpe de pedal la carretera.

…Aún recuerdo a tu timbre que llamaba
antes de que llegara a la plazuela.
Y yo, que tras la esquina te esperaba,
para montar de nuevo sobre el sueño
al que tú me llevaste en bicicleta.

©2019  J.I. Salmerón

Al alba

Al alba pierde la noche
la capa donde se oculta.
Al alba van las estrellas
apagándose una a una.

Al alba, mueren las sombras.
Al alba, todo es penumbra.
Al alba vuelan los sueños,
los que se tejen de luna.

¡Y los amores de noche,
los que se abrazan y acunan
cerrando fuerte los ojos
para sentirlos más cerca,
al alba viajan y mudan…!

Porque de día, la vida,
no entiende de sentimientos.
Porque la vida, de día,
no se entretiene en momentos.

Al alba, siempre buscando
donde está el fin del camino.
Al alba, siempre esperando
a que tu abrazo sea mío.

Al alba, sale el lamento.
Al alba, llora el rocío.
Al alba va el pensamiento
llenándose de tu olvido.

-Yo quise tener al alba
un gorrión dentro de un nido,
uno que cante muy alto
para no quedar dormido.

Por si regresara al alba
y, al alba, mi sueño olvido,
ese Amor que al alba escapa,
ese Amor que yo he perdido.-

Al alba, siempre es al alba…
Cuando se calla la noche.
Cuando recobro el sentido.
Cuando en las calles, del brazo,
siempre paseo contigo…

©2019  J.I. Salmerón

Ganas de llorar

Hoy solo tengo ganas de llorar,
y lleno con mis lágrimas un ancho río.
Mis penas la corriente las arrastrará
y formarán las olas de algún mar vacío.

Hoy solo tengo lástima al hablar,
por eso callan frases, han enmudecido.
Hoy el silencio empuja la sombra al pasar
convirtiendo calles que antes eran sol, en frío.

Si pudiera parar de repente la lluvia…
Si pudiera volver el pasado en que fuimos…
Si pudiera volar…
Si pudiera cambiar cada paso al andar,
caminando hacia atrás, volvería al olvido…

Hoy solo puedo pensar que no estás.
Que la vida es un juego cruel del destino.
Que la historia que empieza sí tiene final,
y que el sueño ideal, solo es un cuento chino.

Hoy tan solo puedo contemplar
cómo sale la luna al final del camino.
Hoy tan solo da tiempo a mirar y callar,
y otra lágrima más va llenando ese río.

Si pudiera de nuevo volver a empezar…
Si pudiera encontrar la salida en lo oscuro…
Si pudiera soñar…
Si pudiera llenar de humo la soledad,
te podría esconder hasta que pase el frío…

Hoy solo tengo ganas de llorar.
¡Y que pronto de aquí pueda ya despertar,
y pensar que esto, al fin, un mal sueño haya sido…!

©2019  J.I. Salmerón

Coraje de luchador

¡Que paren el cielo, que lo detengan…!
Condenen su azul a la oscuridad.
¡Que no sople el viento entre las mareas…!
Pues suena a lamentos su respirar.

Y en el cielo se ha visto llorar al viento.
Y en el viento, este cielo, se fue a apagar.
Y el azul se hizo negro de cueva y hielo.
Y en la brisa, soplando, se fue a guardar.

¡Que todas las nubes se vayan presas…!
Nos llenan de sombras el ancho mar.
¡Que apaguen el brillo de cada estrella…!
Que a solas, el mundo, hoy quiere estar.

Y en las nubes, los sueños, se van volando.
Y en el mar, cada sombra, se echó a nadar.
Y a una estrella, en lo oscuro, se oyó llorando.
Y en un mundo, tan solo, qué solo estás…

¡Pero vino la lluvia, que todo limpia!
Como limpia si lloras por la verdad.
¡Y con viento del norte, con nuevos aires,
el azul en los cielos volvió a gritar!

¡Y las nubes montaron sobre la brisa!
Y sus sombras besaron suaves el mar.
¡Y los puntos de estrellas, como bombillas,
encendieron la noche y cada mirar!

…Las batallas internas que tiene el alma,
las que hieren profundo en el corazón,
no las des por perdidas, hay esperanza,
¡Como el cielo y la nube…!
¡Como el viento y la estrella…!
Si le pones coraje de luchador.

©2019  J.I. Salmerón

El alma se ha derrumbado

El alma se ha derrumbado,
como la casa vacía…
El alma, sin su tejado,
moja con lloros su vida.

Y cada tabla, y su clavo,
clavan su extremo a la viga.
Y cada viga, en su palo,
van sujetando los días.

En cada puerta que abría,
una emoción contenida.
En cada puerta cerrada,
él su misterio tenía.

¡Ladrillos que andan sujetos!
¡Cemento que cierra heridas!
Y maquillando paredes,
una de cal blanca y viva.

Eran de alegres chillidos
sus pasillos y caminos.
Hoy solo pasa el silencio
corriendo sin hacer ruido.

¡Y la tarde hacia lo oscuro…!
¡Y la mañana en domingo…!
Y una noche, con estrellas,
hasta quedarse dormido.

Empuja así el sentimiento
paredes, tejas, y nidos.
Empuja cada madera
con vientos enfurecidos.

A veces sale el recuerdo,
paseando despacito,
atravesando jardines
que hoy llenan cardos con pinchos.

El alma se ha derrumbado.
El corazón tiene frío.
La pena vive en la calle.
La casa, sin su tejado,
ya no les presta cobijo…

©2019  J.I. Salmerón

Aún pienso en ti

Aún pienso en ti.
Como ayer te pensaba,
como hoy yo te pienso,
como lo haga mañana…

Aún pienso en ti.
Y ninguna palabra
se esconde en mi boca,
como en aquellas tardes
donde muda, mi habla,
no atinaba a decir
todo lo que te amaba…

Y si un día de nuevo
tu mirada y mi sino
vuelven a las andadas,
yo no quiero, y lo siento,
que tú esperes de mí
ni una sola palabra.

Solo tengo por darte
un abrazo. Uno intenso,
uno largo y profundo,
uno que cale hondo,
rebosante en pasión,
de esos que se nos clavan
despacito en el alma.

Ya lo sé, lo he vivido,
que los sueños que sueñas,
los que nos acompañan
cuando llega la noche,
son pompas de jabón
que si soplas muy fuerte
o acaricias sin tacto,
sin poder evitarlo,
delante de nosotros
van y explotan de pronto.

Desvanece ese sueño
que tan fuerte has soñado…

Aún pienso en ti.
Aunque a veces yo dude
si al pensarte tan fuerte
eres como esa pompa
que se rompe en pedazos
y ante mí, desvaneces.

Aún pienso en ti.
Algunas tardes…
Algunas noches…
Algunas veces…

©2019  J.I. Salmerón

Atrevimiento

…Perdona mi atrevimiento
por querer acariciarte.
Perdona, pero soy viento,
y calmo mi sentimiento
abrazando a cada instante.

Así consigo tenerte.
Besarte suave en el cuello.
Tus manos poder tocarte
y entre susurros contarte
que soplo por ser tu dueño.

¡Y soplo y soplo, tan fuerte,
con ganas ya de tenerte,
que vuela a ti mi deseo…!

…Perdona por el descaro
que tengo cuando te veo.
Perdona, pero soy tiempo,
me pierdo si no te rozo
y entre segundos me muero.

Así consigo atraparte
entre el ayer y el anhelo.
Entre el mañana y el beso
que tiene a mi cuerpo preso
entre minutos de celos.

¡Y paro cualquier aguja,
en el reloj del momento,
para entregarte lo eterno…!

…Perdona la indisciplina
de mis ojos al mirarte.
Perdona, pero soy cielo,
que aleja todos sus miedos
al ver tu estrella brillante.

Así consigo alumbrarme,
siendo de día en mis sueños.
Así no hay nubes oscuras,
vagando por mis alturas,
si miro a tus ojos bellos.

¡Y pinto de azul el día,
y luna pongo a la noche,
llenando todo de besos…!

…Perdona mi atrevimiento
si he querido enamorarte.
El cielo, el viento, y el tiempo,
no tienen otro argumento
para poder conquistarte…

©2019  J.I. Salmerón

Guerreros del Amor

Hoy quiero felicitar
a todos los que arriesgando
en la guerra del Amor
perdieron una batalla.

A todos los mutilados
de besos y de “te quiero…”
que sangrando en cada abrazo
no dejaron de luchar.

A los que empuñan el roce
como arma que deja herida
la piel en cada caricia
volviendo el sueño verdad.

A los que pugnan, valientes,
luchando por un querer,
esquivando bala a bala
la indiferencia mortal.

¡Y siempre con la bandera
de la emoción contenida,
como estandarte del sentimiento,
como la enseña de la pasión…!

¡Y siempre mirada al frente
vigilando que unos ojos,
esquivos y recelosos,
se rindan ante su Amor…!

Hoy quiero felicitar
a todos los estrategas
que asaltan con la ternura
castillos inexpugnables.

A los que lanzan sus flechas,
punzantes de simpatía,
dejando cada alma herida
con besos inenarrables.

Así somos los guerreros
que en el Amor combatimos,
luchando por el abrigo
de algún profundo querer.

Así somos…
¡Guerrilleros del Amor,
militantes del deseo,
enemigos, adversarios,
y rivales de un adiós…!

©2019  J.I. Salmerón

Que no quede…

Por escribir que no quede…
La tarde sobre el vestido
que te cubría en lunares.
La tarde que amaneció
tu sentimiento profundo.

Y me besaste en la idea
que, al abrazarte de nuevo,
solo sentía tu piel
rozando sobre mi mundo…

Pues por sentir que no quede…
La nube gris de tormenta
atravesando mi muro.
Y detrás de la pared,
el sol radiante del tuyo.

Y te soñé como sueño
cómo me empapa ese musgo,
cómo me cala el recuerdo
de tu limón agrio y duro.

Por abrazar que no quede…
A la luz, a la esperanza,
a las tardes de domingo.
A las cómplices miradas
que me regala el sigilo.

¡Abrazarme a tu cintura
era volver a ser niño!
¡Era sentirme otra vez
volando sobre tu nido!

Y a cada paso que daba
la noche que coincidimos,
más se alejaba la decisión,
la sensación que me oprime
por dentro del corazón,
de estar otra vez contigo…

Pues por llorar que no quede…
Que hay veces que el agua lava,
aunque la sal nos amargue,
y limpia toda la pena,
y sana al tiempo la herida.

¡La tarde, el beso, tu piel…!
La nube gris allí arriba.
¡El muro, el sueño, y sentir…!
Cómo tus ojos me miran.

Pues que no quede, ¿o que sí…?
Que si queda recordamos,
y al recordar, nuestra piel,
recobra un poco la vida…

©2019  J.I. Salmerón

Aún puede sentir…

Aún puede sentir…

¡El abrazo del sol en su cara.
La caricia del viento en su pelo.
El olor del pinar en la tarde
que aquel día a su cuerpo embriagaba!

Aún puede sentir…

¡Que la vida, que viaja a su lado,
en pedazos, que son sentimientos,
cobijados al lado del alma
cada día el Amor le regala!

Es el sentir lo que tiene,
dentro del corazón,
atrapada a la emoción…
Sí, ya lo sé,
es el sentir un dolor.
Pero el que no siente nada,
es que no siente el Amor.

Aún puede sentir…

¡Cómo moja calando los huesos
cada flor convertida en los besos
que a su boca el rocío llenaba
y en sus labios la vida le daba!

Aún puede sentir…

¡Que es lo bueno que tiene estar vivo,
el sentir el abrazo y los mimos,
el sentir la oración de un domingo
suplicando no perderse nada!

Es lo que tiene el sentir
desnudando el alma entera
para que, al fin, uno quiera…
Sí, ya lo sé,
es el sentir la experiencia,
y del Amor es la ciencia,
hasta que el Amor se muera.

Aún puede sentir…
Que en esta vida, el vivir,
es lo que acorta la espera…

©2019  J.I. Salmerón

La edad de la tramoya

La edad de la tramoya.
La que sujeta cada escena y decorado.
La que dibuja esa sonrisa
que a todo público
deja simplemente enamorado.

La edad de la inocencia
cuando estamos empezando.
La edad de la razón,
aunque tú ya sabes bien
que de nuevo te estás equivocando.

Es la edad de cada uno,
de los nuevos y los viejos,
de cada uno de los tiempos
en que en esta falsa vida
nos pasamos ensayando.

Como si no pudiéramos
dejar nada al azar,
en las manos del destino,
en la incierta lotería
de la vida que se ve en el escenario.

Es la edad de cada tabla
que debajo de las luces
mortecinas de esta vida,
que es teatro,
cada día yo he pisado.

Cada vez que la butaca está vacía.
Cada vez que los temblores
de esa edad tan implacable,
van marcando la salida
y el final de lo ensayado.

Una edad que sabe a veces
como caramelo amargo…
Como a vino avinagrado…
Como a pasos en arenas
que te hunden en el barro…

Siempre estamos estrenando,
cada día al levantarnos,
un guión para exponer.
Un esquema del discurso.
Un monólogo de barrio.

Hoy la edad me está venciendo
Y apenas me he dado cuenta.
Y mañana tengo estreno
de lo que tengo ensayado,
de lo escrito en esta obra.

Que comienza cuando naces
y que cada escena encierra
lo que ocurre cada año,
entre sueño y realidad,
entre actos de tramoya.

©2019  J.I. Salmerón

Anoche golpeabas

Anoche golpeabas
llamando a mi ventana.
Anoche eras la lluvia
llorando en mi cristal.

Y el viento, que es celoso,
tan fuerte te abrazaba,
que te arrastró volando
y al irte a abrir, no estás.

¡Y maldije a los cielos
el soplo del aire…!
¡Suplicando a la noche
tenerte una vez más…!

¡Y los cielos, de pronto,
nuevamente mojaron!
¡Pero tú, en mi ventana,
no volviste a tocar…!

Anoche iluminabas
detrás de mi ventana.
Anoche eras la luna
brillando para mí.

Y la nube en el cielo,
que sé que te adoraba,
con un abrazo inmenso
me apagó tu sentir.

¡Y de nuevo maldije,
maldije a esa nube!
¡Por robarme tu brillo,
y tu luz y calor!

¡Por dejarme en la noche,
a solas, sufriendo!
¡Entre tanta penumbra,
entre tanto dolor…!

Anoche te colaste
de nuevo entre mis sueños.
Haciendo de tu ausencia
un espejismo más.

Pero una pesadilla,
creí que te perdía,
de nuevo en el silencio
dejó mi despertar.

¡Y maldije la hora
que dijimos adiós…!
¡Y los besos que nunca
en tu boca estarán!

¡Y las noches maldije
donde fuiste mi estrella!
¡Y mi estrella, y su luz,
nunca más volverán…!

Anoche golpeabas
llamando a mi memoria.
Anoche, sin quererlo,
te volví a recordar…

©2019  J.I. Salmerón

Debí escribirte ayer

Debí escribirte ayer y no lo hice.
El frío me impidió, mi Amor, hacerlo.
La falta de esperanzas en tenerlo,
ese sueño que empieza “yo te quise…”

Debí escribir la página primera
con prólogo de luna nacarada.
Con sol de rojo intenso en la mirada,
pero sé que los sueños son quimera.

Tú fuiste un borrador, y fue el primero.
Tú fuiste la conquista de mis letras.
El aire que enloquece a las veletas.
El mar cuando lo empapa el aguacero.

De mi escrito tú fuiste el personaje
que claramente fue protagonista.
El hilo conductor, salta a la vista,
de esta historia de Amor y de coraje.

El tema, el desarrollo, el contenido,
será el que canturreas en canciones.
Aquel donde rebose de emociones
cada página escrita en este libro.

Debí escribir una novela extensa.
Relato donde me explicara en prosa.
Un cuento, una epopeya, o cualquier cosa,
donde al final quedara una leyenda.

Pero hay veces que, más que narrativa,
más que un cuento con un final en drama,
las letras se deshacen, se derraman,
y se vuelve comedia, y no Divina…

Debí escribirte ayer y hoy, me arrepiento.
Las frases y palabras emotivas
hoy son letras que, al suelo y esparcidas,
se callan arrastradas por el viento.

Pero así son las cosas cuando escribes.
Lo que ayer fue camino, es hoy barranco.
Lo que ayer fue alegría, es hoy espanto.
No cambia, lo mires como lo mires.

Se aprende la lección con cada verso,
aunque a veces parezca tan sublime
ese dolor que cada letra esgrime
al escribir “Amor” en su comienzo.

Debí escribirte ayer, y hoy no lo entiendo…

©2019  J.I. Salmerón

No busco una razón

No busco una razón para olvidarte,
al fin y al cabo no tiene sentido
saber que tú y yo no fuimos testigos
de compartir Amor en otra parte.

Sin embargo,
esta vida nos tiende la mano
sin querer olvidarnos.

Y en el fondo,
compartimos aquel sentimiento
que da solo el mirarnos.

No busco una razón por recordarte,
ya sabes que tu imagen va conmigo
y en mi recuerdo tú eres el destino
donde mi corazón irá a buscarte.

¿Lo recuerdas…?
Cuantas noches en aquel camino
nuestros labios sellamos.

Apostamos,
y este juego de Amor imposible
terminó por ganarnos.

No busco una razón para engañarte,
yo siempre fui de frente y decidido
sin ocultarte cual largo, el camino,
se haría bajo el sol de aquella tarde.

De repente,
se hizo noche y tu rastro perdí
escondida en la sombra.

Fue el destino
el que quiso jugar con nosotros
y gastarnos la broma.

No busco una razón, tú ni lo intentes,
el juicio del Amor ya nos juzgó.
No tuve absolución, yo fui culpable,
y solo a recordar nos condenó.

©2019  J.I. Salmerón

El banco donde espero

De nuevo estoy aquí.
Sentado a tu lado.
Mirándote.
Esperando que acaricies con tu mano.
Deteniendo el tiempo
por si tal vez, tú, de nuevo,
miras a los ojos
que siempre te han amado.

Aquí estoy de nuevo.
Junto a ti.
Esperando la señal.
Esperando toda la noche
por si quieres que te abrace,
por si quieres que te acune
en mi regazo.

Ya sé que el tiempo pasa
y yo no soy capaz
de detenerlo.
Ya sé que el tiempo avanza
e impide que se toquen
nuestros dedos.

¡Y no puedo lograr
que mi corazón
vaya por el camino más recto.
Y no logro que este amargo dolor
sea poco más
que un mal recuerdo!

De nuevo aquí.
Amándote a solas.
Y en silencio.
De nuevo sin ti.
Perdiendo una vez más
con este absurdo juego.

Aún sigo sentado
en el vagón de cola
de tus besos.
Aún sigo esperando
a que alivies mi dolor
mirándome a los ojos
un momento.

Cogiéndome la mano.
Sentándote de nuevo junto a mí
en el banco donde
tú y yo nos amamos.
En el banco donde espero
tu regreso…

©2019  J.I. Salmerón

Fin de fiestas

¡Que apaguen luces y estrellas…!
¡Que cesen las panderetas…!
¡Que enmudezcan villancicos,
que ya acabaron las fiestas…!

Ya vuelve la madrugada,
avisando en la rutina,
que se apagaron los sueños
que los reyes prometían.

Abrazos y polvorones
con brindis de nuevo año,
y alguna lágrima amarga
por lo que estás recordando.

Enero ya se desliza
en año nuevo que empieza,
aunque nosotros subamos
por esta empinada cuesta.

Las fiestas, como es costumbre,
no duran lo que es debido,
y en un chasquido de dedos
su magia se ha concluido.

Atrás quedaros las risas
que entre regalos, envueltas,
fuimos colgando del árbol
para que fueran abiertas.

Pero nos queda el recuerdo,
y el abrazo que nos dimos,
al encontrarnos de nuevo
con aquellos que quisimos.

Total, solo queda un año
y de nuevo volveremos
a encontrarnos con la magia
en Navidad y Año Nuevo.

¡Felicitarnos las Pascuas…!
¡Poner las luces y estrellas…!
¡Y cantar los villancicos
al son de las panderetas…!

…Ya se acabaron las fiestas.
Nos atrapó la rutina.
Ya solo queda esperar
que llegue la Navidad
que está al volver de la esquina.

©2019  J.I. Salmerón

La novela

 

Vistiendo con mis hojas más lujosas,
sacando brillo a mi vieja portada,
enseñando mi lomo tan ceñido,
me dispuse a venderme en la mañana.

Pasaba mucha gente por delante.
Mayores, jóvenes, hombres, mujeres.
Algunos delante de mí, paraban,
y mi pulso palpita de emociones.

Ya sé que hay abundante competencia
y yo soy solo un libro entre otros muchos,
pero anoche soñé que me compraban,
por eso es que hoy mi porte es tan seguro.

¡Una chica morena se ha fijado!
Seguro que le gusta mi envoltura.
Y ya verás cuando me ojee un rato
como le hago tilín, estoy segura.

Ya sé que soy novela un poco antigua.
Ya sé que mi peinado no es de moda.
Ya sé que amarilleo por mi lomo,
pero con un buen forro, cambio toda.

¡Que lo importante va escrito en mis venas
con dosis de Amor, celos y ternura…!
¡Que lo bueno de mí es esta historia
que guardan mis entrañas con locura…!

Sus manos que acarician son tan suaves…
Seguro que tendrá una librería
donde quepa mi talle de princesa.
¡Seguro que su casa es ya la mía…!

…Pues yo no sé por qué no le he gustado,
si incluso sus ojos de Amor lucían.
Si el precio que piden por mí es barato.
Si yo encantada con ella estaría.

El caso es que otra vez estoy mirando
a ver a quién puede gustar mi vida.
Yo, que prometo estar enamorada,
de la persona que compre mi huida.

Ya sé que soy novela de otros tiempos,
que las arrugas son ahora mi vida,
pero creo que tengo mi derecho,
y no lo digo solo por despecho,
a otra oportunidad de ser leída…

¡Compremos libros viejos…!
Verás como la historia que contienen
es la misma que tú imaginarías.

¡Compremos libros viejos…!
Para que esta pobre novela tenga
el final que sus hojas merecían.

©2018  J.I. Salmerón

Cerraste la ventana

¿Cerraste la ventana por el frío
o acaso fue por no volver a verme?
Por no tener mi imagen cuando duerme
tu sueño, que aún despierta es solo mío.

Que tú y yo, y nuestro Amor, fue siempre un trío
y tú y él siempre a punto de tenerme.
Y yo queriendo siempre a ti quererte,
lo mismo que la lluvia quiere al río.

Pero el invierno viene con sequía.
No hay gotas que hoy empapen en tu Amor
al débil corazón que en ti latía.

Cerraste la ventana por dolor.
Por no ver a mi Amor cómo partía
la tarde que a tu gris mudó el color.

©2018  J.I. Salmerón

Se va la tarde, se va

Se va la tarde, se va.
Se va la tarde y asusta
quedarse en la oscuridad,
perdido en esta penumbra…

La luna sabe el secreto
de los amores nocturnos.
Sabe que el beso hablará
por los caminos sin rumbo.

¡Y el abrazo, y el deseo,
y la pasión cuando brota
al roce de cada piel
cuando desnudas se tocan…!

Se va la tarde, se va.
Con ella las esperanzas
de ver de nuevo brillar
el sol besando tu cara.

Todo pausado y silente.
Tu falda el viento alborota.
Las hojas sobre el camino
tejen de otoño tu alfombra.

¡y la vida, al caminar,
se va detrás de tu sombra.
Y tu pelo añorará
mi mano cuando lo toca…!

Se va la tarde, se va.
Se va detrás de tu huella.
La noche vuelve a ganar
y tu recuerdo se lleva.

©2018  J.I. Salmerón

 

Tu tren

El tren llevó tu equipaje.
Maleta, abrigo y destino.
Y otra vez yo llegué tarde
para llevarte conmigo.

¡Mi vida va en ese tren.
Paseos, cine, domingos.
Los besos bajo la luna,
también se han ido contigo…!

…Yo te esperaba los viernes,
cuando la noche caía.
Verte bajando el vagón
los nervios me poseían.

Tímidamente las manos
a solas se acariciaban.
Y tu mirada en mis ojos
era de sueños al alba.

Primero, lo de costumbre:
“¿Qué tal te fue la semana…?
¡Te he echado tanto de menos
que no aguantaba a mañana…!”

Después, un par de cervezas
con una cena ligera.
Un postre mientras charlamos,
y un beso sin que nos vieran.

Nos gustaba ir a bailar
y, entrada la madrugada,
Ir en el coche a buscar
nuestra luna plateada.

“Para soñar” se llamaba
la música que escuchamos.
Baladas lentas grabadas
en un casete, de la radio.

Y así llegaba la aurora,
amaneciendo deprisa.
La luna se retiraba,
pues con nosotros dormía.

La vida pasaba lenta,
pero el domingo llegaba.
Y a la tarde, en tu vagón…
¡Sin ti mi vida paraba!

¡Otra semana sin vernos…!
¡Cinco tardes de tormenta…!
¡Cinco mañanas nubladas
hasta que tú al fin regresas…!

El tren llevó en sus entrañas
risas, caricias, promesas.
Y de tanto ir y venir
a tu Amor dejó en vía muerta.

…Hoy, cuando pasa pitando,
sin querer me doy la vuelta.
Miro hacia sus ventanillas
por si te veo por ellas.

Y no hay maleta ni abrigo,
ni lunas llenas y eternas.
No hay besos, solo vacío,
y un gran recuerdo que pasa
en un vagón que hoy no frena.

©2018  J.I. Salmerón

 

Marchamos para volver

Marchamos para volver.
Siempre a la espera.
Partimos sobre la lluvia
de aquel atardecer.

Las nubes sobre la piel.
Mojada esencia.
Las gotas, puestas en fila,
no paran de caer.

Y es tan gris el asfalto
como lo era ese cielo.
Y era gris el plumaje
de ese ave al volar.

El camino, en las nubes,
es a veces incierto.
Pero el sol siempre espera
a que quiera escampar.

¡Y de pronto hay un trueno
que retumba abrumando!
Y una voz que nos dice:
“vamos a despegar…”

¡Y la nube y el rayo
vienen a visitarnos!
Y en el cielo, flotando,
somos nave en el mar.

Ahora somos la luz
que supera las nubes.
Somos, de un tirachinas,
proyectil volador.

Somos la conclusión
del viajero que huye.
Somos meta y salida
de cualquier maratón.

Y nos volvemos a ver.
Se va y regresa.
Los brazos siempre te esperan.
Y los besos también.

Cualquier viaje, al regresar,
valdrá la pena.
Esa emoción, y el sentir,
si yo te vuelvo a ver.

Marchamos para volver…

©2018  J.I. Salmerón

 

En silencio

Se hacía tarde y tú voz
se fue apagando en la noche.
Se hacía tarde el reproche
que se inundó de dolor.

La casa se despidió
de cada ventana abierta.
El sol dejó tras la puerta
oscuro en el interior.

Árboles mudos
agitan sus brazos sin voz.
Ríos que llenan sus cauces profundos,
lágrimas llevan
ahogadas de Amor.

Y tú y yo,
sin vivir nuevamente el Amor…
Y tú y yo,
sin saber dónde estuvo el error…

No quise ver la noche
levantarse tan temprano.
No quise que el mar viera
cómo decías adiós.

No quise que se asomara
la tarde al acantilado.
No quise ver mi pasado
al borde de su extinción.

Y tú y yo,
regalando palabras al viento…
y tú y yo,
sin mirarnos de frente a los ojos,
una tarde apagada de noche,
en silencio nos fuimos los dos.

©2018  J.I. Salmerón

Nuestra canción

Sentí la soledad sobre mi cuerpo
al ver que apenas tú y yo nos miramos
el día que, cogidos de las manos,
bailamos nuestra última canción.

Que ya no habría en nuestra despedida
los besos que en tu boca sonreían
al encontrar los labios que, el la mía,
besaban suavemente y con pasión.

Sentí la soledad que a veces siento
al ver mi vida dentro de un espejo
y al corazón sintiéndose un reflejo,
sin brazos donde poder anidar.

Y siento que sentí tu sentimiento
sintiéndose alejado, y yo sintiendo,
la amarga sensación de que lo nuestro
no duraría más que mi dudar.

Y entonces comprendí, no hay más opción.
La vida me trató como a uno más,
y el roce de tu piel, y tu mirar,
se fueron al final, como hace el sol.

No pido comprensión, eso da igual.
Afronto la verdad como lección
y a veces lloro solo, al recordar,
cuando oigo, como ayer, nuestra canción…

©2018  J.I. Salmerón

 

El sentir de tu recuerdo

 

 

Fue mojando lentamente
tu recuerdo en mi memoria.
Fue mojando mi esperanza
en los besos que nos dimos
en las tardes de febrero.

Fue mojando como lluvia
que las nubes me regalan
suavemente desde el cielo.
Que me envuelven de nostalgia.
Que me empapan de deseo.

Y como agua voy mojando
cada esquina de la calle,
los tejados de las casas,
y ,como me sobra agua,
cada charco lleno luego.

Y de lágrimas se llena
la visión que de ti tengo.
Cada lágrima una gota.
Cada gota es esa pena
que llora si no te veo.

Hoy la lluvia no ha cesado
y no sé si son las gotas
que se escapan desde el cielo,
o son lágrimas sentidas
que hoy me brotan por tu ausencia
desde el fondo de mi cuerpo.

Solo sé que fue mojando,
lentamente en mi memoria,
el sentir de tu recuerdo…

©2018  J.I. Salmerón

 

Entretenida en mis sueños

 

Anoche volví a tenerte
entretenida en mis sueños.
Y lo sentí tan real
que incluso hablábamos de ello.

Tú me decías que no,
que no podías creerlo.
Pero yo sentí tu voz
mientras tocaba tu pelo.

Anoche te vi en la plaza,
junto al frontón de cemento.
Donde te hacía las fotos
robándote los recuerdos.

Tu pelo moreno y largo.
Tus ojos mirando intenso.
Y esa sonrisa de niña
que sueño cuando me duermo.

No logro bien recordar
qué es lo que me ibas diciendo.
La charla era animada,
sabíamos cómo hacerlo.

Lo que recuerdo, y sentía,
lo que sin duda era cierto,
fue que me hacía feliz
tenerte cerca de nuevo.

A veces, cuando te sueño,
al volverme a despertar
y ver que fuiste un oasis
en mitad de este desierto,

no llego bien a entender
cómo te puedo sentir
de la forma que te siento
sabiendo que eres un sueño.

Cómo recuerdo tu voz,
tus andares y tus dedos.
Cómo recuerdo el aroma
que se creaba en tu cuerpo…

Despierto y cierro los ojos.
Me quiero dormir de nuevo.
Quiero que vuelvas aquí
y disfrutarte en mi sueño.

…Qué triste la sensación
de lo efímero del tiempo…
Qué tristeza el contemplar
el agua que va cayendo…

Cómo, aunque ponga las manos
y crea atraparla dentro,
solo me deja humedad
que se evapora en silencio.

Me recuerda los minutos
de la vida que en la espalda,
abandonados sin rumbo,
vamos dejando muriendo.

Me recuerda que el camino
que conduce hasta la cima
es un camino de ida
y aunque yo quiera, no vuelvo.

…Anoche volví a tenerte
y aunque la vida me tape
con los años mis recuerdos

sé que llegando la noche
yo a ti te tengo de nuevo
entretenida en mis sueños…

©2018  J.I. Salmerón

 

Mágico instante

La vida nos unió. Tú paseando
y yo viendo pasar por la Gran Vía
la luz que tu melena desprendía,
aunque hoy fuera una trenza tu peinado.

Tan cerca, tan a mano, tan al lado,
que tu perfume mi nariz olía.
Que el roce que tu viento desprendía
dejó mi corazón paralizado.

Así nos une la vida a la gente,
en medio de la calle, sin quererlo.
En un fugaz instante, de repente.

La vida nos unió, hoy lo recuerdo,
y yo sentí las ganas de quererte.
Así de mágico es, a veces, verlo…

©2018  J.I. Salmerón

 

Tu invierno

Llegó de nuevo aquí el frío,
cambió el verano al invierno.
Llegó, e igual que tu ausencia,
dejó temblando mi cuerpo.

Porque tu ausencia es el frío
que me recorre por dentro.
Tu ausencia es nido vacío.
Jardín sin flores creciendo.

Llovió la noche que huimos
para dejar de querernos.
Nos empapó la distancia
que separó nuestros cuerpos.

Porque tu ausencia es el hielo
que deja yermos los huertos.
Y deja bocas cerradas
donde no quedan más besos.

Llegó la noche tan pronto
que apenas tuvimos tiempo
en entregarnos las manos
que antes tocaban los cielos.

Porque tu ausencia es amarga
como lo fue el desconsuelo
cuando volviendo la cara
dijiste ya no te quiero…

Llegó el invierno tan pronto
que apenas otoño siento.
No sé si es cambio en el clima
o que, desde que te fuiste,
tu ausencia ha helado mi cuerpo…

©2018  J.I. Salmerón

 

Tic-tac

 

Era ese ruido molesto
que te distrae si lo escuchas.
Tic-tac, pasaban segundos
y sus minutos de angustia.

Y así, al galope se pasa,
como se pasan los días,
la vida que va marcando
aquel reloj de la esquina.

Parece que cuando el día
da su comienzo temprano
la vida es como un chicle
que va estirando despacio.

Pero es tan solo espejismo,
un viejo truco de magia.
Que el tiempo, que es implacable,
lleva sus cartas marcadas.

¡Y si tú le sacas trío,
él un full, y va y te gana!
¡Y si tú póker de jotas,
él lleva un póker de damas!

Y sigue el ruido molesto
con el tic-tac que no para…
Y coge el tiempo y te entierra
con segundos a paladas.

Un día quise pensar
que si el reloj lo paraba,
el tiempo se detendría
y mi vida no avanzaba.

Pero solo conseguí
atrasar la hora exacta,
llegando tarde a mis citas
de la tarde y la mañana.

…Ahora ya me he acostumbrado
al ruido que me acompaña.
Ahora ya apenas lo escucho
y su tic-tac hoy me agrada.

Me he dado cuenta que al fin
Y al cabo, no gano nada.
Que no hay quien detenga al tiempo,
la guerra él tiene ganada.

¡Aun así a veces paro
ese reloj que me marca
y sueño que paro el tiempo,
que los minutos no pasan!

Era ese ruido molesto…
Hoy apenas oigo nada…

©2018  J.I. Salmerón

La promesa

Quedamos en la bajada,
Junto a la iglesia del pueblo.
Quedamos una mañana
de viernes, o eso yo creo.

Las hojas, llenas de ocres,
esparcidas por el suelo.
Mañana fría otoñal
de un gris ceniza en el cielo.

Recuerdo que tú llegaste
con tu abrigo rojo a rombos
y una coleta con lazo
cayendo sobre tus hombros.

Yo te esperaba sentado
sobre las piedras del arco
que daba paso hasta el patio
que de la iglesia hace atrio.

Tus mofletes sonrosados
fría mi boca dejaron
al besarte a tu llegada.
Aunque pensara en tus labios.

Y tus manos, en mis manos,
dos pedacitos de escarcha.
Dos gotas que, de rocío,
de una rosa resbalaran.

Nos fuimos hasta la ermita,
junto a la fuente del caño,
y bajo el puente del río
tú decidiste sentarnos.

Me hablaste de las promesas
que los amantes se hacen
mientras tus brazos rodean
a mi cuerpo por el talle.

Mientras tus labios susurran
lo que no logro acordarme,
pues mis sentidos, absortos,
solo soñaban besarte.

Y así fuera, y lo vivimos,
mi boca, así, fue a buscarte.
A encontrarse con tu boca
con la promesa de amarte.

Sé que pasaron las horas
y te besé… y me besaste…
Sé que los dos prometimos
nunca, jamás, separarse…

…Ayer estuve en el pueblo,
de nuevo otoño en la tarde.
Pasé las piedras del atrio
hacia la ermita, en el valle.

Bebí del agua del caño
Igual que hiciera aquel día.
Y luego me bajé al río
por ver si tú aparecías.

Y allí, sentado en el banco,
de pronto caí en la cuenta,
que la historia que hoy recuerdo
fue por los años ochenta.

Que han pasado muchos años,
si los sumo más de treinta,
y que desde aquel otoño
no he vuelto a saber de ella.

Y no recuerdo su nombre,
como ella, a mí, no recuerda.
Y no recuerdo a que saben
sus besos cuando me besa.

Nos prometimos querernos
y ser por siempre pareja,
pero el destino es quien manda.
¡Qué vanas son las promesas!

©2018  J.I. Salmerón

 

El regalo

Te pregunté qué querías
en tu cumpleaños de regalo.
Qué es lo que te gustaría
que, yo a ti, te pudiera comprar.

Qué vestido, joya, o viaje
querrías tú para celebrarlo.
Cuál es tu ilusión primera
que por fin te pueda regalar.

Y tú, sin dudar siquiera
ni un solo segundo en responder,
me dijiste que querías
versos escritos sobre un papel.

Que te gustaría, claro,
siempre que ello fuera posible,
besos de Amor en los labios.
Y un cálido abrazo ¡imprescindible!

Pasear mano con mano
entre hojas de chopos sin dueño.
Y encontrar sobre las nubes
la cama donde habitan los sueños…

¡Por eso voy buscando
entre palabras huecas
aquellas que más peso
tuvieran para ti!

¡Y en mi boca, los besos,
de Amor ya están cargados
para que al entregarlos
tú sientas frenesí!

¡Y en cuanto a los abrazos,
no se me han olvidado.
Serán como recuerdas,
abrazos de pasión!

¡Abrazos que traspasan
el alma al abrazarlos,
dejando dulce huella
dentro del corazón!

¡Y luego los paseos,
tu mano entre mi mano.
Y esos chopos sabiendo
que eres dueña de Amor!

¡Para al fin, en las nubes,
de nuevo, levitando,
culminen esos sueños
que soñamos tú y yo…!

Aún no sé si preguntarte
qué regalo quieres que te haga.
Me da miedo adivinarlo
y que el sueño termine en la verdad.

Yo te los regalaría,
pero tú ya sabes que no puedo,
tan solo soy un buen sueño
y los sueños no son la realidad.

Pero sí puedo ofrecerte
volvernos a ver a media noche,
cobijados en tu sueño,
bajo el gran manto de la irrealidad.

Y allí disfrutar de nuevo
de paseos, abrazos, y besos.
De los regalos que tengo
para que tú los puedas disfrutar.

©2018  J.I. Salmerón

 

Viajar junto a mí

Siempre viaja delante,
junto a la ventanilla.
Siempre viste de blanco,
le contrasta su piel.

Siempre mirada ausente,
con sus sueños perdida.
Siempre mira a lo lejos
por si le vuelve a ver.

Pero en cada parada
que pasa por su vida,
no hay rastro que le diga
donde está su querer.

Y de nuevo sacando billete
para un nuevo viaje.
Y de nuevo un asiento vacío
que se encuentra otra vez.

Y de nuevo se hunde la risa
que habitaba en su cara.
Y la lágrima que hay encerrada,
se dispone a volar.

Su tesón no le deja
ver que luego hay un bosque.
Ella solo ve el árbol
que le impide mirar.

Es como ola de playa
que se enreda en la arena.
Sin darse cuenta apenas
que hay que volver al mar.

Si ella diera la vuelta…
¡Si mirara que yo siempre voy a su lado!
Si ella se diera cuenta…
Si pensara que yo puedo en su sueño estar.

Y de nuevo llegamos
al fin de parada.
Yo me bajo en silencio
y ella no me va a hablar.

Y de nuevo las ganas me traigo,
hoy tampoco le pude decir…
Que si ella quisiera,
hay un sitio que yo siempre guardo.
Hay un sitio vacío a mi lado
por si quiere viajar junto a mí…

©2018  J.I. Salmerón

 

Ser tiempo

Era amante de la madrugada.
Era sombra de todo silencio.
Era, de las velas, la apagada.
Era llama del Amor eterno.

La conquista de cada llanura.
El reflejo interno del espejo.
La flor que brotaba en el asfalto.
La madre besando a su pequeño.

Siempre en cada esquina era presente.
Siempre en cada página, comienzo.
Siempre en primavera era la lluvia.
Siempre en la tormenta, el rayo intenso.

Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene la esencia viva
de los segundos que van corriendo.

Es lo que tiene la magia
de cada paso, de cada intento.
Es lo que tiene ser tiempo…

Era la vista de los testigos.
Era la imagen de aquel recuerdo.
Era la noche de luna llena.
Era caricia sobre los cuerpos.

La playa llena de sol y arena.
La mesa alegre donde comemos.
El río grande por la explanada.
La nieve fina de los inviernos.

Siempre en cada verso era la rima.
Siempre en cada paso, el paso inverso.
Siempre de la sangre, el corazón.
Siempre la pasión en cada beso.

Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene ser siempre el alma
de cada instante que vas sintiendo.

Es lo que tiene llevar por dentro
segundos, minutos, y viento.
Es lo que tiene ser tiempo…

©2018  J.I. Salmerón

 

Siempre buscando

Siempre fue buscando su oportunidad.
Siempre esperando a que fuera el momento.
Siempre sus ojos tan llenos de Amor…
Siempre escribiendo un nuevo argumento.

Siempre en el aire la misma pregunta.
Siempre fue el tiempo el culpable final.
Siempre de espaldas al mismo recuerdo.
Siempre la pena a su lado estará.

Pero el tiempo continúa,
no da tregua a su mirar.
Tanto tiempo ya sin luna,
tanta noche sin amar.

Pero sabe que ya no podrá retener
a esos sueños solitarios.
Sabe que ya no podrá compartir
el sentir del corazón.

Sabe que la vida y su destino no esperó
a juntarle en el camino.
Que la pena que de lejos le miró,
en su alma se clavó.

Ahora que está solo, tiene tiempo suficiente.
Ahora que ha llovido y se le empapa el corazón.
Ahora que el recuerdo no ha querido ser ausente.
Ahora es cuando piensa dónde se habrá ido su Amor.

Siempre esperando por un nuevo intento.
Siempre buscando y no supo encontrar.
Siempre en sus manos toda la pasión
que hoy ya no puede entregar…

©2018  J.I. Salmerón

 

Regreso

Regreso como la noche,
a escondidas y en silencio.
Y mojo con fina lluvia
los campos de tu recuerdo.

Volviendo a tomar asiento
tan cerca como no debo.
Volviendo a tomar las riendas
de tu frágil sentimiento.

Y susurro muy cerquita,
ciñendo a tu oído versos.
Y acaricio tus mejillas
con palabras de sosiego.

Ya vuelvo como las olas,
a atrapar tu playa llego.
Ya cubro todo tu cuerpo
con cada rima que invento.

Reanudo paso tras paso,
sobre el camino regreso,
y voy cargado de abrazos
por si de nuevo nos vemos.

Ya sabes…
La vida es irse y volver.
Marcharse cuando es verano
volviendo en otoño luego.

Y tus palabras intuyo
cuando me lees de nuevo.
Y tu sonrisa adivino,
y en tus zapatos me meto.

Regreso para tenerte.
Regreso como los besos
que se roban en la tarde
y son más dulces e intensos.

Y vuelvo para decirte,
por si ya me has olvidado,
que aquí me tienes si quieres,
que aquí regreso a tu lado.

Confío que a mi retorno
a ti te encuentre esperando
sentada sobre la silla
que vi vacía hace un rato.

©2018  J.I. Salmerón

Rebajas

Te conocí en las rebajas
comprándome unos zapatos.
Tú paseabas melena
y bolso gris bajo el brazo.

Rubia hasta un punto platino.
Rubio sin trampa ni engaño.
Pantalón y blusa a flores
de colorido estampado.

El perfume era discreto
pero acababa enganchando.
Florales notas intensas
como jardines en mayo.

Primero fueron tus pasos
los que yo intuí a mi lado.
Ligeros y a la vez firmes.
Serenos pero apretando.

Pero lo que más recuerdo
fue ese verdor al mirarnos.
El campo de primavera
que tus ojos regalaron.

Era entre pícara y limpia
tú mirada, casi ingenua.
Era esa intensa alegría
que fulmina cualquier pena.

Tu cuerpo era de ese mimbre
que sobre el río cimbrea
bailando todas las tardes
al son del aire en la arena.

Y tus labios el descanso
del guerrero que guerrea.
Y tu risa la victoria
de cualquier guerra que pierda.

Según llegaste te fuiste,
como una sombra en la acera.
Y ni a preguntarte el nombre
me dio a mí tiempo siquiera.

¡Y verte partir dolió…!
Aunque como imagen fuera
la mejor que estos dos ojos
hace tiempo que ellos vieran.

Por eso, siempre que puedo,
cuando anuncian las rebajas,
voy a la zapatería
y me siento por si pasas.

Y allí me paso las tardes
entre tacón y puntera,
entre suelas y cordones,
escuchando a las clientas.

Para volver a sentir
esas pisadas inciertas.
Por oler a flor de fiesta.
Por ver esos ojos verdes
entre tu rubia melena…

©2018  J.I. Salmerón

De poco en poco

De poco en poco envejezco.
Se me apoderan los años.
Me atan con nudos marinos
hasta que incluso hacen daño.

Me hacen crecer esas grietas
en los ojos, y no canto
ni en la tarde ni en mañana,
aunque se llamen “de gallo”.

Tampoco dejan los años
dormir como antes solía,
cerrando a pares los ojos
y amaneciendo otro día.

Ahora la noche es eterna
durmiendo a salto de mata.
Te duermes y te despiertas
cada poco. ¡Da una rabia…!

Y para colmo la vista,
que no ves tres en un burro.
Aunque para ser sincero
ni al pollino yo lo intuyo.

¡Y qué decir de los nombres…!
¡Que llamo Pedro a Julito
y a María llamo Marta,
y ni acierto con mis hijos…!

Mi padre siempre decía,
teniendo ya ochenta y pico,
“Vengan los años que vengan,
que peor es no cumplirlos…”

No le faltaba razón,
pero siempre esto depende
de si te acuerdas o no
de quién eres, y te entienden.

Por no hablar de los dolores
que te acompañan diario.
Que parece uno la pena
que en vida se va arrastrando.

Que si te cogen los pies
y te sacuden un rato,
pareces una farmacia
de tanta pastilla y frasco.

Y de oír, yo no me quejo,
oigo lo mismo que un gato.
Pero no, no de escayola,
no seáis tan mal pensados.

Porque hay gente que aunque le hables,
parece que está enfadado.
Ni responde ni se inmuta,
y es porque no oye ni al tato.

¡Pero lo que más me insulta
de ir cumpliendo más años,
es el tener que aprender
informática a diario!

¡Que cada día nos ponen
más difícil los teclados
y aprender tecnología,
que a mí me tiene abrumado!

…De poco en poco envejezco.
Tres cuartos de hora he cumplido
desde que empecé a explicaros
cómo entre años me arruino.

Pero tranquilas, tranquilos,
que la pila aún nos funciona,
y pienso dar tanta guerra
como la vida disponga.

…Y ahora que hablamos de pila,
mi audífono he de mirar.
Pues llevo un rato ya grande
sin escuchar pasar nadie
y eso es mucha soledad…

©2018  J.I. Salmerón

Tragando sentimientos

A veces voy tragando sentimientos
por no contar al mundo mis derrotas.
A veces siento la cara de idiota
al abrazar las sombras y lamentos.

Es duro estar de pie frente a los vientos
a ver por cuanto tiempo los soportas,
haciendo ver que ni siquiera notas
como te afecta el pasar de los tiempos.

Yo doy mi vida en cada palpitar.
En cada paso que doy por la acera
yo voy buscando siempre la verdad.

Como si fuera mi misión primera,
aunque he vivido veinte vidas ya.
Aunque haga de este sueño mi quimera.

©2018  J.I. Salmerón

Ojos castaños

Eres ese parque, con ojos castaños,
donde día a día pasean mis tardes.
Eres ese ayer donde hoy, mi recuerdo,
le dice al destino que quiere encontrarte.

Por eso te llamo, y tú me respondes…
Por eso a diario vienes a buscarme…
Por eso la vida nos juntó de nuevo.
De nuevo la vida quiere separarte…

Te nombro este día, como hacía antes.
Te nombro y tu aurora no quiere alumbrarme.
Pero aunque es de noche y estoy en lo oscuro,
te sigo llamando para no olvidarte…

Por eso te alejas, me vuelvo horizonte…
Por eso te espero, y tú llegas tarde…
Por eso en el banco, donde nos amamos,
al salir la luna yo vuelvo a buscarte…

Eres la distancia de todo camino
que en cruces, si miras, se intuye alejada.
Eres la cascada que, al pasar molino,
se pierde en corrientes hasta la explanada.

Por eso yo siempre detrás de tu cuerpo…
Por eso yo llego y tú, ya marchabas…
Por eso te llamo, a voces, de lejos,
y como en un sueño, te fugas al alba…

…Aún sigues vistiendo con ocres mi vida.
Aún sigues poblando de otoño mis sueños.
Aún sigues llenando de grata esperanza
cuando cada noche, en silencio, recuerdo…

©2018  J.I. Salmerón

Sombra de tus huellas

Yo fui sombra de los pozos de tus huellas.
Yo fui sombra de tu tarde.
Sombra de tu verde tallo.
Sombra soy de tu recuerdo…

Un grano más en la playa de tu vida.
Solo fui un grano más
a la sombra de tus pies,
entre tanto grano que te mira.

Siempre esperando a tu pie descalzo.
A que el roce de tu piel
contactara nuevamente
con la punta de mis manos hechas grano.

Siempre viendo que se alejan tus caderas,
que se mueven y cimbrean
como brotes de la hierba
que en la arena se abre paso.

Yo fui sombra porque el sol me fue marcando,
porque se hunden mis ideas,
y mis ganas de tenerte,
bajo el viento racheado.

Y fui sombra para ti,
por tocar tus pies descalzos.
Por oler, en tu perfume,
cuando tú me has olvidado.

Yo fui sombra debajo de tu nariz
cuando el sol está en lo alto.
Cuando el cuerpo, que te cubre por entera,
en la arena se ha tumbado.

Y es ahí cuando yo entonces aprovecho.
Y recorro con mi oscuro tu regazo.
Y mi sueño es que te beso,
si me cuelgo de tus labios.

Yo fui sombra de tus huellas,
no pude caer más bajo.
Pero fue la única forma que tenía
de tenerte a ti a mi lado…

©2018  J.I. Salmerón

Cómo empuja el silencio al pasar

…Cómo sopla este viento.
Cómo empujan las olas del mar.
Cómo arrastra el silencio
tu recuerdo otra vez al pasar.

Cada tarde que intento
nuevamente olvidarte, y ya está,
vuelves tú con tus besos,
como ola, de nuevo a mojar.

Y no encuentro remedio,
o tal vez no lo quiera encontrar,
que me borre por dentro
tantos años intensos de amar.

…Cómo extraño tu risa,
cómo falta en mi oído tu voz.
Cómo duele este tiempo
que sin ti queda ausente de sol.

Cada paso en la arena
se hunde más mi agonía y dolor,
y se agrandan las grietas
de este pobre y débil corazón.

Vuelvo solo.
Cae la noche a mi alrededor.
Cuesta poco
tu recuerdo en la puesta de sol.

¡Si mañana hace viento.
Si las olas se salen del mar.
Si me abruma el silencio,
volveré por si acaso tú estás!

Y si no te recuerdo,
hace tanto que ya se marchó,
llámame tú de lejos,
llámame y volaré hacia tu Amor.

…Cómo duelen las olas
cuando tocan la playa y se van.
Cómo sopla tu ausencia.
Cómo empuja el silencio al pasar…

©2018  J.I. Salmerón

En la noche se pasa mi vida

Fui, por la tarde, los besos esperando.
El abrazo furtivo.
El inquieto deseo.
El calor del intenso verano.

Fui por la tarde… y esperaba la noche.
Y la escarcha en tus labios.
El frescor de tu risa.
Y tus ojos a los míos mirando.

Y la noche me esconde…
Y tus brazos, buscando…
Como busca el farol a la calle desierta.
Como busca la huella
nuevamente a sus pasos.

Fui, por la tarde, el susurro a tu lado.
Suspirando del roce en tu piel.
Anudando palabras de Amor.
De tu cuello, bajando
a tus labios.

En la noche, los sueños soñamos.
Al calor de la cálida luna.
Al sabor de tu beso en mis labios.
Sensaciones que busca
nuevamente el sentir,
si te estoy recordando.

En la noche se pasa mi vida
cuando tu corazón
ya no late a mi lado…

©2018  J.I. Salmerón

El camino

Como si fuera el camino,
fui detrás de tus caderas.
Como si fueran estelas
de mi soñado destino.

Como si fueran señales
de humo sobre el horizonte.
Como si fueran mi norte,
donde no existen los males.

Y mis manos atrapando tus sentidos…
Y mis brazos rodeando lo que fuimos…

Como si fueran refugio
de nave, que a la deriva,
sobre la mar es cautiva
luchando contra este mundo.

Así tus ojos resultan
cuando me encuentro perdido.
Cuando no encuentro sentido
ellos a mi pena indultan.

Y mis besos y tus besos se encontraron…
Y mis labios y tus labios hoy se hablaron…

Tumbado sobre la vida,
siento las nubes y el viento.
Siento aquí tu sentimiento
como una fruta prohibida.

Y pido, al cielo que veo,
que no termine este cuento.
Que no se pare el momento
en que juego a ser Romeo.

Y mi cuerpo con tu cuerpo se fundieron…
Y mis olas en tu playa perecieron…

¡Camino, estela, refugio y beso!
La paz se encuentra sobre tu cuerpo.
¡Ojos, cadera, manos y cielo!
Cuando te pienso siento que vuelo…

©2018  J.I. Salmerón

Cazador de lunas

Como cada noche, desde hace ya tiempo,
salía a buscarlas. Lo echaba de menos.
Era aquel influjo, que le dominaba.
Era aquella magia que intuye a lo lejos.

Buscaba en caminos lejanos y viejos.
Siempre por lo oscuro, entre los silencios.
Guiados sus pasos solo por murmullos
del agua que en ríos se escucha de lejos.

Y mientras camina lo va recordando,
cuando empezó todo un mes de febrero.
La noche era helada, ni un alma… un desierto…
Y allí, de repente, le dieron el beso.

¡Brotaba el Amor tan dentro del pecho
que el intenso frío se volvió de fuego!
El alma, caliente, vibraba por dentro.
Y en su corazón, la vida de nuevo…

Hoy hace ya mucho de aquello que os cuento.
Han pasado muchos y fríos febreros.
Pero él, cada noche, verano o invierno,
recorre el camino buscando de nuevo.

Un día me dijo que las vio en reflejo
y al mirar arriba las perdió de nuevo.
Culpó a un árbol grande que tapó su cuerpo
y ellas no le vieron tan pegado al suelo.

Todos le conocen en el barrio entero.
Le llaman el loco ¡y qué sabrán ellos…!
Solo porque busca, de noche, en el cielo,
todas esas lunas que tanto le dieron.

“Cazador de lunas” prefiere, y respeto,
que a él solo le visten su cuerpo los sueños.
Por eso persigue las lunas de invierno,
las de cualquier mes, no le importa el tiempo.

Y así, cada noche, se pierde en senderos.
Y no vuelve a casa hasta que el lucero
le anuncia que el día pronto lo tenemos,
y entonces regresa de nuevo a su tiempo.

…Dicen que la luna, cuando nueva vemos,
es que está de luto por el loco abuelo.
Ya no hay cazadores que en la noche salgan
a buscar las lunas que reinan los cielos.

Ya no hay pasos cortos por esos caminos.
No hay murmullo de agua en ríos ajenos.
Ya no queda magia, ya no quedan besos.
“Cazador de lunas” todas en el cielo
te echarán de menos…

©2018  J.I. Salmerón

Solsticio

Hoy eres protagonista,
dominas desde lo alto.
Eres el astro que invita
a bañarnos en dorados.

Eres el cálido beso
que acompaña a la mejilla.
Abrazo que marca huella
con esa luz encendida.

Solsticio del hemisferio.
Norte o sur, según se mire.
Austral en el lado sur,
boreal si en norte resides.

Hoy empujas a la noche
hasta dejarla escondida.
Hoy eres tú aquí el que reina
sin noche protagonista.

Hogueras te perpetúan
haciendo el día infinito.
Saltando sobre sus troncos,
mueren malos espíritus.

Hoy es la noche más corta.
De días, es el más largo.
Hoy celebramos con sol
que ya ha llegado el verano.

Hoy eres protagonista,
el sol que está dominando.
Hoy, a rendir pleitesía
al astro que está brillando…

©2018  J.I. Salmerón

La noche

Avanza lenta la tarde
mientras le espera
la negra noche,
sola en la acera.

Como una dama
que esconde el misterio,
con negros ojos
que brillan llenos de besos.

Atrapa bajo sus brazos
la noche a la tarde, y luego,
bajo ese tul de luceros,
le va contando deseos.

Y cae la tarde y se entrega…
Y el sol calienta ya menos…
La noche calma en su brisa
su fuego intenso.

“Ven y soñemos…
Que aquí en lo oscuro,
donde la vida se calla,
te espera el tiempo…”

Y en un abrazo se entregan…
Naranja y rojos pintan los cielos…
No se distingue la tarde
entre esa noche de sueños.

“…Otra batalla ganada…”
Dice la noche a los cielos.
La dama oscura se impone
y cubre la tarde en su velo.

Y piensa…

“Mañana, otra tarde incauta,
vendrá de nuevo a mis brazos.
Y entre las sombras de estrellas,
bajo el mirar de mis ojos tan negros,
caerá de nuevo rendida
a este silencio en lo oscuro
donde regalo mis besos…”

©2018  J.I. Salmerón

Debajo de una ola

 

Debajo de una ola lo escribí.
Allí dejé grabado ayer tu nombre.
Y al lado un corazón, tierno y enorme,
llenado con mil besos para ti.

Pero el mar, que es celoso de por sí,
no quiso que leyeras lo que pone,
y a base de vaivenes te lo esconde
llevando mar adentro mi sentir.

Por eso no sabrás lo que te quise.
Tú nunca escucharás mi corazón
antes que por la ola tenga que irse.

Mi alma fue encerrada en su prisión.
De espuma los barrotes que tu viste.
Y el murmullo del mar la hizo canción.

©2018  J.I. Salmerón

Tríos

Siempre me gustó hacer tríos.
La luna, tu cuerpo, y mi Amor.
El sol, tus caricias, mis besos.
Siempre fuimos más de dos.

La tarde cuando estaba anocheciendo.
Las ganas de abrazarte en el salón.
La forma de expresar tu movimiento.
Siempre sumando uno al tú y yo…

Así fue el Amor vivido.
Al menos, que yo sepa, nuestro Amor.
Nunca solos en los sitios,
siempre había un gesto entre los dos.

Y aunque lo pareciera, nunca estuve,
no fui celoso de esa situación.
No me importó repartir mis caricias
entre tu espalda y mi imaginación.

Siempre se suma queriendo.
no importa si miran dos.
Al fin y al cabo, en lo oscuro,
tu cuerpo no ve el ruiseñor.

Siempre tuvimos algo a nuestro lado.
Ni siquiera en los bailes de salón
tu pecho con mi pecho se juntaron,
en medio siempre la respiración.

No había forma alguna
de estar los dos a solas,
la arena lo impedía,
como al mar con sus olas.

Ni siquiera en el asiento del coche
cuando nos regalábamos te quieros,
estábamos ajenos a la noche
sumando siempre tres, y algún lucero.

Siempre fuimos sumando,
tu y yo, y algún deseo.
Siempre estaba estorbando
la ropa entre los cuerpos.

Pero al ser multitud, y lo comprendo,
quisiste hacer un dúo en otro lado
y así tu corazón perdió el acento
dejando a nuestro Amor en el pasado.

¡La luna con mi Amor!
¡El sol junto a mis besos!
Ya solo fuimos dos
buscando tu regreso…

Hoy somos solo dos, yo y mi recuerdo.
Tu cuerpo se marchó junto a tu voz
No hay trío que formar junto a mis besos
Tu boca, y tu mirar, ya se cerró.

Siempre me gustó hacer tríos,
Pero hoy los llena el dolor
con tu distancia y olvido,
con ese Amor hoy perdido,
que siempre dio más de dos…

©2018  J.I. Salmerón

Hubiera sido

Hubiera sido sol
para quererte muy temprano.
Hubiera sido norte
por si no sabes dónde ir.

Hubiera sido espacio
y así abrazarte todo el rato.
Hubiera sido silla,
por si te cansas, estar ahí.

También hubiera sido
la calle larga y estrecha.
La que, cuando tú pasabas,
tocabas sin querer.

Así te hubiera olido
cuando de mí pasaras cerca.
Así hubiera sentido
el roce añorado de tu piel.

Hubiera sido el mar
rompiendo con mis olas
en tu desnudo cuerpo,
flotando sobre mí.

Hubiera sido playa
donde pasas las horas.
Donde descansa tu cuerpo
soñando junto a mí.

Y por haber querido,
yo hubiera deseado
ser el rojo vestido
que tanto me gustó.

Y así poder tenerte
tan cerca y tan a mano,
todo el día besando,
y rozándonos los dos.

…Por no cansarte con lo que te digo,
lo que yo de verdad
por ti siempre he querido,
era vivir contigo una pasión…

©2018  J.I. Salmerón

Si me enciendes…

Si me enciendes…

Quiero ser la luz que brilla en tu farol
cuando la noche te cubre con sus miedos,
cuando a tu alma le ciegan esos recuerdos,
cuando sombras se apoderan de tu sol.

Si me enciendes…

Seré la luz que ilumina en tu camino,
el sol que entre las ramas te va buscando,
la claridad donde tú duermes tranquila
en las tardes calurosas de verano.

Si me enciendes…

Seré en tu corazón esa fiel bombilla
que espera a que tú regreses cada noche
por si no encuentras la luz cuando tú vuelves
perdiéndose sobre llantos tu reproche.

Si me enciendes…

Seré en tu motor la chispa de energía,
y en tu bicicleta, luz de su farol.
Cabeza de cerilla para que prendas,
y enciendas la añoranza de rojo Amor.

Pero si no me enciendes…

Estaré esperando que tú me utilices.
Que llenes ese oscuro que vive en ti.
Que tú gastes esa luz que llevo dentro.
Y yo alumbre tu vida como un candil.

¡Apúrate y enciende,  ya es de noche…!
Yo seré la candela sobre el sillón,
ese en que, cada noche, tu libro lees,
libro que habla romances de luz y Amor.

¡Si me enciendes, seré tus ojos…!
¡Si me enciendes, tu guía soy!
¡Si me enciendes, seré el lucero!
Que en las noches sin luna
parece un sol…

©2018  J.I. Salmerón